Carta desde el ciberespacio 188, del 11 de septiembre de 2008

El problema económico, financiero, social y político número uno del gobierno
Negar la inflación, negar la realidad
Hola gente, amigos y no tan amigos. Patricia Paltrow sigue en las olimpíadas de la calle de La Pared, remando sin cesar ante este nuevo big bang de los mercados mundiales y, como no deja decirlo ella, ante esta batalla contra las expectativas negativas que se han instalado en el planeta, que en los hechos parece anclado a lo que ocurre en aquella gran manzana de Wall Street en donde funcionan los mercados de bonos, acciones y todas esas cosas que se compran y se venden allí. Ella no deja de observar que la economía norteamericana goza de buena salud pese a la fuerte desaceleración de las principales variables económicas, y que los principales fundamentos macroeconómicos están más sanitos de lo que parecen. “Flaquito –me dice con su vocecita suave y femenina que me habla en tres idiomas todos mezclados-, en este mundo dar malas noticias vende, el pesimismo se ha vuelto el mejor negocio, y eso es lo que me preocupa, ¿por qué la gente quiere creer que hay un tsunami financiero a la vuelta de la esquina que barrerá con el imperio americano?, ¿no te parece mucho flaquito? Con lo rica que es la coca cola, con lo lindo que es jugar a hacer películas de Hollywood en donde la muchachita y el muchachito se encuentran en un airport y se dan un beso y aparece el cartel de The End”… Yo la escucho y ya me da sed de coca cola y Hollywood, ya saben que soy bastante frívolo, que a la mañana me despierto y desayuno mirando en la cama el canal Fashion TV, para que la realidad me vaya atrapando de a poco, suavemente, no como esa gente que se despierta con el canal c5n y ya empiezan el día amargados con las noticias policiales-políticas, que últimamente vienen demasiado mezcladitas. Lo concreto es que el sistema no debe ser tan malo para entender la realidad: el lunes comenté en la radio, en el programa de Pablo Wende de radio América, que la semana entrante el dólar/euro iba a pasar la barrera de 1,40, hacia abajo, y que el barril de petróleo cruzaría, también para abajo, los 100 dólares. Y las dos cosas se anticiparon unos días, lo que es la mejor demostración que Paltrow tiene razón y que el odiado, envidiado y amado imperio americano no tiene los días contados, sino los siglos contados. Pero cuidado, para la Argentina las cosas no son tan rosas: la soja-dependencia, el famoso yuyito, hoy está en Chicago a unos 440 dólares la tonelada, contra el máximo de 609,22 dólares del 3 de julio pasado. ¿Se acuerdan cuando discutíamos por las retenciones móviles? Ya lo saben, ajústense el cinturón de seguridad, y el otro también. Todas estas cosas hablábamos anoche con ella, vía el ciberespacio, de cama a cama, ella en Park Avenue y yo en Barrancas de Belgrano, mientras jugábamos al scrabble (ella como siempre me ganaba, con su viejo sistema de elegir palabras cortas con letras de muchos puntos, y ubicándolas no sé como en los cuadraditos que triplican puntos palabra). Y mientras planificábamos encontrarnos en unas semanas en algún país tropical, seguramente en Ilhabela, para comer frango frito y camaraos con guaraná, para escaparle a la mala onda que se ha instalado tanto en los Usas como en la Argentina, aunque por razones absolutamente diferentes e incomparables pese a que todos hablan de crisis aquí y allá y a otras semejanzas. Ella se ríe y vuelve a su frase de siempre: “Baibi, pensá que nos quedan, en el mejor de los casos, unos 30 años de vida, no somos inmortales. ¿Para que gastar el tiempo en tratar de llegar alto, con lo lindo que es llegar lejos, o más bien cerca?” Y con esa frase me puede, me convence, siempre me convence, y lo mejor de todo es que me encanta que me convenza siempre de lo que me quiere convencer. Por lo demás, tanto ella como yo ya llegamos alto en la vida y una noche de luna mirando las luces de Niúyork, Niúyork, decidimos que ya era hora de llegar lejos, o cerca, como agregó ella. Capítulo único, miente, miente, que te lo terminarás creyendo Con mis amigos economistas discutimos hace meses y meses si la estrategia del gobierno de negar la realidad, de negar la inflación, de negar que las valijas son de nosotros y las penas son ajenas, representan una estrategia deliberada, un plan maestro, para no dar el brazo a torcer antes los síntomas inequívocos que muestran que los desequilibrios económicos, el deterioro social y el desgaste político siguen avanzando día a día. ¿Será eso?, o en cambio los pingüinitos realmente creen que la inflación es de “sólo” 8% anual, que el desempleo sigue bajando (con datos del tercer trimestre, que ni siquiera terminó, jeje), que la pobreza y la indigencia también siguen bajando gracias a la maravillosa política de redistribución del ingreso llevada a cabo (¿…?), pero lo que ocurre es que nadie les cree porque hay una conspiración planetaria contra ellos y nuestros hermanos venezolanos bolivarianos y nuestros hermanos bolivianos a secas, encabezada obviamente por los medios y el FBI-FMI, sé igual, como se dice por ahí. Ah, y por Jorge dobleiú, claro, siempre es bueno mencionarlo para echarle la culpa de todo, Lamento no tener una respuesta comprobable para demostrar mi opinión, pero cada día estoy más seguro que negar la inflación verdadera, negar la realidad, negar, siempre negar, es un comportamiento que utilizan las personas o grupos de personas que imaginan una realidad diferente a los hechos innegables que aparecen frente a los ojos de 9 de cada 10 personas, usen o no jabón Lux. Se trata de personas que prácticamente se inventan una realidad propia, que la sueñan, que la justifican desde una ideología consistente con esa fantasía, que le agregan un grupo de culpables y conspiradores que supuestamente los persiguen, que se convencen entre ellos que tienen razón, que son los dueños únicos de la famosa verdad verdadera, y que entonces cierran los ojos y aceleran a fondo para construir esa realidad soñada, por las buenas o por las malas. Y como todos ellos dicen lo mismo en su discurso (o relato, como está de moda decir ahora) consistente y bien cerradito, esto aparece como una estrategia fríamente calculado para enfrentar a los enemigos, que usualmente se parecen demasiado a los molinos de viento contra los que la emprendió el pobre de Don Quijote de la Mancha. Pero todo indica que no hay una estrategia deliberada de negar la realidad, toda la realidad, nada más que la realidad, lo que sería gravísimo, sino que estamos ante un fenómeno algo más complejo e inclusive más grave aún aún: ellos están viendo, imaginando, alucinando, una realidad inventada. Como diría Raúl Alfonsín, “un médico por allá”.
Fuente: Estudio Broda, ciclo económico de septiembre de 2008
· Lo concreto es que pocas personas conectadas con la realidad cotidiana tienen dudas que la inflación se ubica hoy apenas por debajo de 30% anual, como lo señalan los estudios más serios realizados con diversas metodologías y como lo percibe cada argentino cada vez que vuelve del supermercado, más allá que en los últimos meses haya habido alguna desaceleración de la velocidad de aumento de los precios explicable por el enfriamiento de la economía. Pero cuidado, porque si bien la inflación por exceso de demanda parece haber encontrado un alivio en un consumo interno que se está enfriando de manera inequívoca, ahora hay nuevos motores de la inflación que prometen ponerle un piso a esa leve desaceleración en el aumento de los precios. Se llama inflación de costos (salarios, servicios, impuestos, tarifas, precios controlados que empiezan a descontrolarse), se llama también puja distributiva (de precios y salarios). Y además se llama mecanismos indexatorios que, quiérase o no, se están montando sobre el sistema de precios. Pero el Gobierno sigue negando estos hechos y defendiendo los cuestionados números del Indek. · Muchas personas conectadas con la realidad cotidiana entienden fácilmente, también, que esta mayor inflación está afectando a los sectores de menores recursos, ya que al aumentar los precios de la canasta básica alimentaria en niveles superiores a 30% anual empujan a los sectores de ingresos fijos (muy vinculados con la economía informal o negra) a cruzar nuevamente la línea que define estar o no estar por debajo de las líneas de pobreza o de indigencia, definidas por las canastas de productos que pueden comprarse en ambos casos. Pero el Gobierno sigue negando estos hechos, defendiendo los cuestionados números del Indek (Su Compañía) e insistiendo en que la pobreza y la indigencia están en baja en la Argentina, pese a que la Sociedad de Estudios Laborales ha demostrado con mucha seriedad técnica que la mayor inflación está desplazando a los que estaban al borde mismo de la pobreza y saliendo adelante, y los lleva, otra vez polenta, a que vuelvan a ingresar en esta situación. Se trata de millones de personas. ¿Guillermo Moreno se hará responsable del enorme daño que está haciendo jugando al curandero? · La Sociedad de Estudios Laborales realizó también un estudio sobre la evolución de los precios de los productos que habitualmente consume la clase media argentina, demostrando que este sector de ingresos medios (y altos, porqué no decirlo) también está sufriendo en carne propia el flagelo inflacionario, ya que los bienes y servicios que componen su perfil de gastos (como los aranceles de las escuelas, las expensas, los seguros, los impuestos, las prepagas médicas y otros tantos consumos de estos sectores también están subiendo en niveles cercanos a 30% anual. · El resto de las estadísticas que elabora el antes independiente y ahora intervenido Indec han sido contagiadas por la manipulación de los índices de precios, y de esta manera todos los indicadores económicos (los de ventas en supermercados y shoppings, el estimador mensual de la actividad económica y tantos otros que dependen técnicamente del Indice del Costo de Vida) están siendo impactados por esta manipulación. · Todo esto no sólo afecta a la realidad económica y social, sino también a las variables financieras, ya que la feroz discrepancia entre los números de precios al consumidor del Indec (con que se elabora el CER) han reducido el costo de sostenimiento de la deuda pública emitida por este mismo gobierno y que se ajusta por la marcha de los precios minoristas. Si el índice oficial es tres veces menor que la realidad, el ajuste que le toca a estos bonos (cuya tenencia se encuentra en casi el 90% en manos de ahorristas argentinos, AFJP y otros sectores del país), así como los intereses que se calculan para pagar los cupones correspondientes, están prácticamente estafando a estos tenedores de bonos (que no son de los grandes grupos financieros internacionales, sino básicamente de ahorristas locales), al robarles parte de su valor real y de la renta correspondiente. Por esto el riesgo país argentino superó los 700 puntos básicos y nadie quiere prestarle a la Argentina, salvo el Comandante Yeneral Chávez. · Hay quienes dicen que la verdadera razón por la cual el gobierno niega que la inflación esté cerca de 30% tiene que ver justamente con este hecho: para ajustar en mucho menos que lo que corresponde la deuda pública futura y pagar menores amortizaciones e intereses ante cada vencimiento, pero un estudio realizado por la consultora de Federico Muñoz y Asociados revela que las cifras involucradas no son tan relevantes como para haber inventado esta enorme fantasía de una inflación mucho menor a la real para haber destruido el Indec y manipular las estadísticas oficiales, para que muestren una realidad rosada. Amigos y no tan amigos, estas negaciones de la realidad, obviamente, tienen también serias connotaciones políticas. Desde la probable pérdida de votos de vastos sectores de la sociedad que se sienten engañados (lo que se verifica en las encuestas de popularidad del gobierno y de la Presidenta) hasta el enorme problema político que está generando este mecanismo de negar, siempre negar, otros temas más delicados como el ya famoso “valija-gate” que está explotando en estos días, todo ello podría estar mostrando que el gobierno no está engañando planificadamente a los argentinos, sino algo peor, que se está engañando a sí mismo, y que quiere contagiar su visión a la sociedad y por eso luego trata de engañar (con éxito cada día menor) a los argentinos. De ser esto así, Houston tenemos muchos problemas. Hay que agregar que hay una cantidad de distorsiones crecientes que se están acumulando por la simple negación de una inflación cercana a 30%. Las tres más importantes: 1. La paridad cambiaria real se sigue atrasando y se encuentra ya en niveles reales muy parecidos al de la convertibilidad. El Gobierno nacional, pese a su paradigma de dólar alto para proteger a las industrias y promover las exportaciones, ha dejado caer el dólar hasta niveles inconsistentes con aquel objetivo, con el agravante que ahora el dólar se está fortaleciendo en el mundo y agregará presiones devaluatorias al peso, como ya lo está haciendo con el resto de las monedas de los otros países (vean cómo aumento se devaluó el Real en Brasil en las últimas semanas, hoy cerró a casi 1,82, contra 1,65 de semanas atrás). 2. El atraso de los salarios también se origina en la alta y subestimada inflación existente, combinada con un gobierno que niega que esto sea así, lo que está provocando tensiones salariales crecientes (y hasta comprensibles) en un escenario de puja distributiva que alimenta nuevas presiones inflacionarias. 3. Las tarifas de los servicios públicos (controladas por el gobierno hace años) están sumando atrasos nuevos a sus atrasos anteriores, con lo que un sinceramiento se hará más y más conflictivo y doloroso a medida que pase el tiempo y se siga negando que hay una inflación tres veces mayor a la que declara el Indek, y que defienden desde la Presidenta hasta sus funcionarios de más alto nivel. Epílogo, con dos problemas por delante Gente, amigos y no tan amigos. Negar la realidad es grave. Si además uno no quiere verla, los problemas son dos. El primero es asumir que se está ante un serio problema serio que no se registra porque “alguien” rompió (¿intencionalmente o por pura incapacidad técnica?) el termómetro para medir “la fiebre del paciente”. El segundo es igualmente complejo: una vez que se ha asumido el engaño, habrá que establecer una seria política antiinflacionaria para enfrentar este problema antes que sea tarde. ¿O ya es tarde? Como ya es tarde, para terminar les cuento sobre una cena de gala para recaudar fondos para sostener a la Fundación Favaloro, que se realizará el 22 de septiembre en el Hotel Alvear. Va a ser una cena deliciosa. Va a ser divertida e interesante (vean quienes serán los invitados que acompañarán a los asistentes en cada una de las mesas). Y lo más importante, va a ayudar a una institución que a su vez vive ayudando a gente con serios problemas de salud, algo que ni hace falta explicarles.
Un abrazo, ajusten sus cinturones de seguridad. El Hombre Electrónico (políticamente incorrecto)

2 comentarios:

  1. Pues para comparar precios (y tiempo necesario para adquirir) un producto en el supermercado está el Observatorio de Precios Supercomprador en supercomprador.es

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  2. Daniel: Siempre te leo y coincidiendo en líneas generales, algunas veces aparece alguna disidencia.
    1) Lo de no dar por muerto a EEU; ahora bién, no creo que goce de buena salud como vos presumís; sí es cierto que EEUU viene creciendo muchísimo en productividad pero luego de muchos años de endeudamiento, en algún momento, como lo hizo Clinton, deberán poner sus cuentas en órden, algo que el materia comercial ya vienen haciendo. Y lo de la revaluación, creo que es producto de la debilidad y anquilosamiento de la UE más que fortaleza americana, amén del estallido de otras burbujas (la bolsa china derrapó más de un 50% desde sus máximos y seguirá para abajo), el desinfle de las commodities y la flojera de Japón que no consigue despertar. Por otra parte, con la baja del crudo de estos días, y el anuncio de hoy de la inflación en USA, apenas se estabilice la situación, Bernanke irá subiendo paulatinamente las tasas, mientras Europa bajará las suyas, con lo que el Spread entre una y otra desaparecerá o se reducirá sensiblmente, de allí el fortalecimiento. Además, si gana Barack Osama, como buen demócrata, querrá más proteccionismo y no creo que vea de bien una rápida revaluación que haría perder competitividad a muchas empresas que están volviendo a radicarse en EEUU. Pienso sí que la revaluación será paulatina.
    2) En la faz interna/argenta, discrepo con vos respecto a la manipulación del Cer: pensá que vamos a llevar dos años de dibujo, entre 2007 y 2008 aprox. 17/18.000 palos verdes, a 500 palitos por punto, hacé cuentas.....ya sé, no es deuda exigible mayormente (buena parte está en los discount que vencen en 20 y pico de años) pero te agranda la deuda medida contra el pbi, algo que mira cualquier acreedor u organismo financiero y con ello la prima riesgo así que no creo que sea un tema menor.
    Muchos slds.

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