Carta @ 309 Jorge Todesca y el Indec









 Adios a Jorge Todesca

UN HOMBRE DE PRINCIPIOS EN UN MUNDO GROUCHOMARXISTA





Hola Amigos y no tan amigos que piensan, en un mundo en que se sostiene que los teléfonos son inteligentes. Hoy se murió un valorado colega, Jorge Todesca, según dicen los periodistas que informan sobre su historias de estos años aunque ni siquiera saben demasiado de la trayectoria seria y respetable de su vida. Durante la presidencia de Mauricio Macri, fue el titular del Indec, un organismo que cuando Jorge asumió en 2015 estaba totalmente desprestigiado por haber hecho, en los años anteriores a su excelente gestión de 4 años, lo peor que se puede hacer en un organismo cuya primera misión siempre debe ser decir toda la verdad y no mentir jamás, para elaborar con este criterio básico, prolijamente, las estadísticas que informan a los funcionarios y a la gente de la calle todos los números que reflejan la salud, o la falta de ella, de un país. Indices de precios, encuesta de hogares, producción, exportaciones e importaciones, cuentas nacionales, números de empleo y desempleo, de pobreza y miseria, censos y todas las estadísticas que le dicen a cada nación en donde está ubicada, cuál es su situación real y hacia adonde se dirige, para contribuir a que la gente, las empresas, los funcionarios, las universidades y el mundo que nos observa y nos estudia puedan tomar sus decisiones con un GPS que les indique donde están, adónde estaban y adónde quieren llegar.                    
El Indec había sido destruido durante el largo gobierno anterior a Macri. Para qué? Para justificar nada menos un relato imaginario que estaba muy lejos de la realidad. Así de simple, no le busquen más vueltas ni analicen esto con una u otra ideología.  Un árbol es un árbol, una vaca siempre es una vaca.
Jorge Todesca en los cuatro años anteriores "reparó" el Indec, para que el GPS de la Argentina pudiera volver a guiarnos sin engañarnos, mentirnos o ilusionarnos con una "verdad inventada", haciéndonos confundir gato por liebre como se hizo desde el 2007 hasta él 2015. Pero en su vida hizo muchas cosas más. La más importante, plantarse cuando llegó la censura previa a las estadísticas de la mano de un señor que se llamaba Guillermo Moreno, un típico argentino chanta que creía que se las sabía todas y en unos pocos años hizo que su IndeK  mintiera con las estadísticas para justificar lo que no estaba ocurriendo, sino lo que él y los suyos soñaban que estaba ocurriendo. Nada menos.            Todesca, dueño de una prestigiosa consultora económica llamada Finsoport, se le plantó a Moreno cuando otros consultores agacharon la cabeza y no le hizo caso a sus presiones típicas de la Argentina de las desmesuras y la prepotencia, como lo diría mi amigo Juan Llach. Ello le costó a Todesca más amenazas y finalmente todo terminó en un juicio millonario, que con el tiempo y un juez digno ganó el hombre que estamos recordando con respeto y admiración.                                        


                                                       
Pero Todesca hizo muchas cosas más en su vida. Fue Secretario de Comercio Interior de Raúl Alfonsín. Fue Viceministro de economía de Duhalde. Y seguramente otras cosas más que no figuran en wikipedia y yo desconozco.     Lo más importante de todo: fue un buen hombre y tan buen padre que, pese a que su hija estaba del otro lado de la grieta y ambos tenían muy fuertes diferencias, no dejó de ser su padre ni mucho menos. Hoy ella es una alta funcionaria de la actual jefatura de Gabinete, lo que demuestra la amplitud de criterio y de respeto de una familia que, aunque no conocí, debe haber sido ejemplar.      
Era un hombre de principios en un mundo grouchomarxista. No es poco decir. Le peleó a la enfermedad como un tigre. Y repito, en este mundo de grietas en donde hay amigos, o familias, que se pelean y se dejan de hablar por pensar distinto, Todesca respetó a quienes pensaban distinto, empezando por su propia hija, que seguramente hoy lo debe estar llorando con amor y con razón, porque un padre y una hija que piensan distinto igual se respetan y se aman, no es para inquietarse, sino para aplaudir. 
Saludos, un abrazo. 

El Hombre Electrónico