Capítulo I, crisis global, ¿qué crisis global? Ayer nomás el estudio Broda comenzó con su ciclo anual, como lo viene haciendo hace 22 años (una de las pocas “instituciones” estables que quedan en la Argentina) el primer miércoles de marzo de cada año. Estaba lleno de sus clientes, hombres de negocios, economistas, diplomáticos, los conocidos de siempre pero más. Ellos tampoco habían tomado demasiado sol este año (“es para cuidarse del sol, que viene muy fuerte, explican). Rosendo Fraga y Ricardo López Murphy hicieron sus disertaciones (la realidad política y la reflexión económica), en donde si algo quedó claro es que la estrategia de Barack Obama enfrenta mayores dificultades financieras, económicas, políticas y geopolíticas que las imaginadas inicialmente. La Obamanía se desinfló un poco, ante la magnitud de una crisis que empezó en los iuesei pero que se está potenciando en esta aldea global en donde nadie es inocente, hay que decirlo. Con respecto al capítulo argentino, ni hablar, para muchos la coalición kirchnerista cae en picada (“en el campo político se cree que ya no hay margen para Kirchner 2011 y que incluso el oficialismo puede perder las legislativas de 2009”, explicó Rosendo, aunque aclaró que “el ex presidente ha perdido la guerra., pero todavía puede ganar batallas”). Dicho crudamente, algunos peronistas no saben si ir o no ir al cementerio, y si entrarán o se quedarán afuera saludando a los pocos deudos. La experiencia indica que se quedarán afuera, como es la costumbre, pero algunos no se deciden y piensan que “todavía puede ser prematuro para la traición”. Pero todo aquello es irrelevante. Yo me había quedado pensando en aquella frase sobre la primera crisis global de la globalización que me deslizó Patricia así como al pasar, y Broda empezó como si ellos hubieran hablado un rato antes: con un cuadrito que decía más que mil palabras, revelando cómo ya en el IV trimestre del año pasado el mundo mostró un verdadero colapso en el nivel de actividad: no habló de un país, sino del mundo, claro, y si miran los datos en detalle (abajo) verán que asustan por dos razones. La primera, por la magnitud de la caída, y la segunda, porque se observa una sincronización en la caída y cómo la teoría del “desacople”, tan de moda el año pasado, sucumbió ante la realidad. Así, profundidad de la caída, la velocidad (acentuada porque estamos en un mundo online) y la sincronización de los hechos se están combinando para complicar el panorama y explicar porque el mundo está ante un problema diferente a los anteriores. “Esta crisis no es ni será algo parecido a la crisis del ’30, flaquito”, me decía Paltrow anoche, hablando por el skype. Yo le pregunté si será peor. “No -me respondió-, no debería ser peor, el mundo aprendió y está reaccionando globalmente para enfrentar la situación, encabezado por la visión global de los norteamericanos y los chinitos y sus decisiones concretas para ponerle un piso a la recesión. Que sea una crisis global no significa que sea peor, o más profunda, o más larga o más corta, sólo que será diferente, y el denominador común es que les pegará a todos, desde los euro-escleróticos de la UE hasta los europeos orientales, pasando por la paliza que están sufriendo países como Corea, Japón e incluso la Argentina (que sigue mirando para otro lado como si fuera a salvarse porque inventó la heterodoxia, jeje, inventariola)”. Eso me dijo, optimista, aunque tratando de observar los sucesos desde una perspectiva “cosmo” a lo que está ocurriendo en el planetita. Cuando me habla así, tengo que decirlo, me gustan aún más sus ojitos, y su mirada de “yo no fui” que es puro teatro para seducir, claro. Sabe hacerse la tontita como ninguna.
Fuente: Estudio Broda, ciclo económico marzo de 2009
Y justamente esta mañana, como si los bancos centrales le estuvieran dando la razón a Paltrow, y luego de los estímulos que planea China para su economía, trascendió que hasta el Banco Central Europea bajaría las tasas de interés de corto plazo a la tibia velocidad de Jean Claude Trichet (de 2% a 1,5% anual), mientras los ingleses iban a la ofensiva y las reducían hasta 0,5% anual, demostrando que por algo fueron los que inventaron el capitalismo salvaje. “Gordito –me dijo anoche en la cama, desde su Vaio hasta mi Dell, a 5000 millas de distancia, moroles-, lo que nadie se da cuenta aún es que estamos viviendo una época la humanidad nueva, diferente, y nos guste o no estamos globalizados, en las buenas y en las malas, en lo económico y en lo social, en las costumbres, en la comunicación instantánea, en las expectativas, en los hábitos, en las modas, y también en la forma de relacionarnos, hasta de amarnos o de odiarnos. De paso, ¿viste Babel de nuevo?”, volvió a preguntarme. Si la había visto, claro. Y luego de terminar de conversar con ella un rato más, y de hacer End con las compus, intenté con todos estos datos construir algunas certezas mínimas sobre lo que está ocurriendo. · La Argentina está sufriendo una crisis más profunda que lo esperado, porque acumula una serie de distorsiones en sus precios relativos que no ha resuelto a tiempo (dólar, tarifas, inflación de costos) y que la llevan a una estanflación en un mundo en deflación, con los famosos superávit gemelos en disminución acelerada. · En estos tiempos lo peor que uno puede hacer es engañarse, mentirse y mentir con las estadísticas. Sólo reconociendo a la realidad en vez de negarla se puede empezar a tomar medidas para evitar más efectos negativos. Y una vez que se acepta la realidad, habrá que tomar medidas desde una óptica menos ideológica y más objetiva, algo que no parece probable si se miran los comportamientos del pasado. · El recurso de echarle la culpa de todo lo que ocurre y ocurrirá a nivel doméstico a la crisis económico internacional es una excusa muy “oportuna” que el gobierno argentino está utilizando a todo o nada, pero que posiblemente no alcanzará para convencer a la gente. La crisis económica comenzó en la Argentina el año pasado, antes de la caída global y la gente lo percibe. Y el riesgo de perder totalmente la confianza, como le pasó al pastorcito, está a la vuelta de la esquina. · Los Estados Unidos no dejarán caer ningún banco más, y posiblemente ninguna gran empresa emblemática, y tienen claro que a diferencia de la crisis del ‘30 hay que usar a pleno la política monetaria y fiscal, y ya lo están haciendo. Los riesgos de una posterior inflación y de un endeudamiento fiscal inédito son exagerados. Los Estados Unidos tienen la máquina de hacer dólares, y de absorberlos cuando sea necesario. Y el actual endeudamiento fiscal se está tomando a tasas cercanas a 0%, lo que implica menores costos de cancelación futura que los que se creen. · El resto de los países están funcionando más y más sincronizadamente con esta estrategia y así como la crisis financiera y económica es global, la política económica empieza a tener también características globales. · El gran problema del mundo es de expectativas ferozmente negativas, con pánico y desconcierto ante una crisis inédita y desconocida. Los gurúes de todo el mundo, con sus pronósticos apocalípticos (dar malas noticias vende siempre más que dar buenas noticias), sólo alimentan estas expectativas negativas y llevan a un círculo vicioso hacia la caída que puede pronunciarse. Este es el gran riesgo: expectativas negativas que puedan profundizarse con comportamientos en manada. Como diría el rey de España, “¿por qué no te callas? Yo no sería contundente, no hay que callar a nadie nunca más, sólo hacerles un test de alcoholemia antes que se pongan a hacer pronósticos gratuitos por los medios. Capítulo II, Babel, ¿la primera película global? Armados con un rifle
dos niños marroquíes salen a cazar chacales para asegurar el bienestar de su rebaño de cabras. En el desierto, los niños dan rienda suelta a sus travesuras, son niños como los que vemos por la calle en Buenos Aires, aunque hayan crecido de golpe y sin dirección ni responsabilidad alguna, que en vez de haber sido educados han sido deseducados –o no educados- por padres ausentes, también como muchos niños argentinos. Entre otras cosas estos niños deciden probar el rifle, pero la bala va más lejos de lo que ellos imaginaron, haciendo colisionar en un instante las vidas de cuatro grupos de personas, separadas en tres continentes: una pareja de turistas estadounidenses que se hallan atrapados en medio de un accidente que escapa al control de todos; una adolescente japonesa sordomuda; el padre de la anterior, quien era el dueño original del rifle y se lo regala al marroquí, y una niñera mexicana que, sin medir las consecuencias cruza la frontera con los hijos de los turistas estadounidenses que estaban a su cargo, desencadenado otra historia en la que ella misma pierde todo lo que había logrado en años de vivir en los EE.UU. Ninguno de los grupos de personajes conocerán nunca. La película está basada en la Torre de Babel.