¿Una foto? ¿Una pintura? Iman Maleki, artista iraní
REALIDAD VERSUS RELATO
REALIDAD VERSUS RELATO
Daño colateral
Hola gente, amigos y no tan amigos. En estos días nos divertimos mucho con Patricia Paltrow, pese a que hace dos meses que no nos encontramos “en vivo y en directo”. Ni ella vino a la Argentina, porque está demasiado ocupada en su buró de la Calle de la Pared con la volatilidad de los mercados, ni yo fui a Park Ave. a que me haga un poco de mimos, porque la realidad argentina me tiene atrapado. Las relaciones cosmo son así, complejas, distantes, distintas, aunque a veces maravillosas, porque la ventaja es que cuando uno finalmente tiene la ocasión de hacer una Date, los encuentros suelen ser felices, alegres, mágicos.
Por lo demás, la red es imparable y vivimos permanentemente on line, y eso es un nuevo estilo de las relaciones humanas (y a veces inhumanas) del que poco se ha hablado, y que merece una carta desde el ciberespacio completita, pero no será hoy.
Es que los Kirchner (Alicia en el país de las Maravillas y el señor Coyote persiguiendo, siempre sin éxito, al correcaminos) nos tuvieron muy ocupados a todos nosotros (lo queramos o no) con su utilización intensiva de los diversos canales de que disponen para comunicarse con su querido pueblo, según no dejan de decirlo, y de paso amedrentar a los asustadizos, clientes, televidentes y más aún, a su propia tropa, que comienza a dejar de tener comportamientos de manada para despabilarse, reunirse, hablar en voz baja y hacer lo que mejor saben hacer, que es cambiar de jefe cuando las encuestas empiezan a mostrar que “Houston tenemos problemas”. Ya lo saben, vivimos en una democracia de encuestas. ¿Quién será el próximo Bwana?, no dejan de preguntarse.
¿Cómo nos divertimos? En general por la noche, luego de cenar, luego de nuestras respectivas actividades, simplemente jugamos a “estar juntos”. O estamos juntos virtualmente, mejor dicho, y hablamos durante horas mirándonos los ojos con la webcam, nos contamos las cosas que nos ocurrieron en el día, planificamos futuras vacaciones, comentamos si Obama sí u Obama no, si finalmente Ben Bernanke subirá pronto o no tan pronto las tasas de corto plazo ante la aceleración de los precios del petróleo y los otros commodities desbocados gracias al clima de los Estados Unidos o las travesuras de la Argentina (que salió del mercado de granos e hizo subir los precios de la soja en Chicago). Nos pasamos poemas de Borges, nos preguntamos por aquel poema misterioso supuestamente de él (Yo que tantos hombres he sido/ no he sido nunca/ aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach), y todas esas cosas que son las diferentes formas del amor. Claro, últimamente las travesuras de la Argentina son el top ten de nuestras discusiones, siempre alegres, a pesar de todo.
Pero cuidado: nunca confundimos la realidad con nuestras ilusiones o deseos. Para nosotros, “la realidad es la realidad”, y sabemos que estamos a unas 5000 millas de distancia. De hecho en las últimas semanas hemos conversado mucho sobre el significado de vivir en la realidad o imaginársela, o inventarla, algo muy común últimamente. De hecho, esa simple diferencia es uno de los síntomas que explican la existencia o no de ciertas enfermedades mentales, según Paltrow, quien años atrás hizo unos cursos de psicología en Chicago mientras escribía su tesis sobre las diferentes inflaciones que hay en el mundo (toda una herejía políticamente incorrecta, tratándose de Chicago, en donde el recordado Milton Friedman escribiera sobre piedra que “la inflación siempre es un fenómeno monetario”).
Lo concreto es que anoche Pato me mandó un mail con unas imágenes tan perfectas que parecían fotos, pero luego me explicó que no, que eran las pinturas de un artista híper realista iraní llamado Iman Maleki, cuyos trabajos han sido considerados tan perfectos como una foto de 10 megapixeles de definición. Me gustaron las fotos de aquellas pinturas. No sólo por la calidad de su definición, sino por los motivos que el hombre pinta. La mejor es la del principio de esta carta, ya que implica un doble juego: un chico mira en una pared de ladrillos en donde está dibujada una ventana, y detrás de ella está “el sol”, todo hecho con una simple tiza. Con lo que el juego era doble. Primero vi una bella pintura que parecía una foto. Y luego vi un sol inventado por la imaginación de alguien, para que el chico de la pintura tuviera allí mismo el sol dibujado con tiza, tan diferente al verdadero sol. ¿El chico sabrá la diferencia? ¿Habrá visto el verdadero sol alguna vez? ¿Le habrán enseñado a comprender la diferencia entre realidad y ficción?
“Ay, gordito, desde aquí vi la CNN en español transmitiendo en directo el acto de Cristina en la Plaza de Mayo, todo todito, y la escuché hablar amorosamente con “su pueblo” me pregunté si ella diferencia la realidad de la fantasía. ¿Creerá realmente que las 60.000 personas que fueron a la Plaza llegaron para verla y escucharla y aplaudirla a ella? ¿O será como el chico de la pintura, que no sabés si mira el sol dibujado en los ladrillos e imagina que es el verdadero sol? Junous, gordito, qué complicado está todo allí, por eso no voy, me duele, es como las pinturas de Juanito Laguna, de Berni, tan coloridas y bellas, hasta que te enterás que el chico está en un basural”. Jaque mate, match point, tu mach, con esa reflexión me dieron ganas de irme a dormir, sino fuera porque estaba muy linda con su camisón seductor, sus aneojitos y sus ojos azules que mejor ni contarles, para qué, si todo era virtual, aunque no imaginario. Estaba ocurriendo, sólo que a 5000 millas de distancia. Así que seguimos conversando.
Es que los Kirchner (Alicia en el país de las Maravillas y el señor Coyote persiguiendo, siempre sin éxito, al correcaminos) nos tuvieron muy ocupados a todos nosotros (lo queramos o no) con su utilización intensiva de los diversos canales de que disponen para comunicarse con su querido pueblo, según no dejan de decirlo, y de paso amedrentar a los asustadizos, clientes, televidentes y más aún, a su propia tropa, que comienza a dejar de tener comportamientos de manada para despabilarse, reunirse, hablar en voz baja y hacer lo que mejor saben hacer, que es cambiar de jefe cuando las encuestas empiezan a mostrar que “Houston tenemos problemas”. Ya lo saben, vivimos en una democracia de encuestas. ¿Quién será el próximo Bwana?, no dejan de preguntarse.
¿Cómo nos divertimos? En general por la noche, luego de cenar, luego de nuestras respectivas actividades, simplemente jugamos a “estar juntos”. O estamos juntos virtualmente, mejor dicho, y hablamos durante horas mirándonos los ojos con la webcam, nos contamos las cosas que nos ocurrieron en el día, planificamos futuras vacaciones, comentamos si Obama sí u Obama no, si finalmente Ben Bernanke subirá pronto o no tan pronto las tasas de corto plazo ante la aceleración de los precios del petróleo y los otros commodities desbocados gracias al clima de los Estados Unidos o las travesuras de la Argentina (que salió del mercado de granos e hizo subir los precios de la soja en Chicago). Nos pasamos poemas de Borges, nos preguntamos por aquel poema misterioso supuestamente de él (Yo que tantos hombres he sido/ no he sido nunca/ aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach), y todas esas cosas que son las diferentes formas del amor. Claro, últimamente las travesuras de la Argentina son el top ten de nuestras discusiones, siempre alegres, a pesar de todo.
Pero cuidado: nunca confundimos la realidad con nuestras ilusiones o deseos. Para nosotros, “la realidad es la realidad”, y sabemos que estamos a unas 5000 millas de distancia. De hecho en las últimas semanas hemos conversado mucho sobre el significado de vivir en la realidad o imaginársela, o inventarla, algo muy común últimamente. De hecho, esa simple diferencia es uno de los síntomas que explican la existencia o no de ciertas enfermedades mentales, según Paltrow, quien años atrás hizo unos cursos de psicología en Chicago mientras escribía su tesis sobre las diferentes inflaciones que hay en el mundo (toda una herejía políticamente incorrecta, tratándose de Chicago, en donde el recordado Milton Friedman escribiera sobre piedra que “la inflación siempre es un fenómeno monetario”).
Lo concreto es que anoche Pato me mandó un mail con unas imágenes tan perfectas que parecían fotos, pero luego me explicó que no, que eran las pinturas de un artista híper realista iraní llamado Iman Maleki, cuyos trabajos han sido considerados tan perfectos como una foto de 10 megapixeles de definición. Me gustaron las fotos de aquellas pinturas. No sólo por la calidad de su definición, sino por los motivos que el hombre pinta. La mejor es la del principio de esta carta, ya que implica un doble juego: un chico mira en una pared de ladrillos en donde está dibujada una ventana, y detrás de ella está “el sol”, todo hecho con una simple tiza. Con lo que el juego era doble. Primero vi una bella pintura que parecía una foto. Y luego vi un sol inventado por la imaginación de alguien, para que el chico de la pintura tuviera allí mismo el sol dibujado con tiza, tan diferente al verdadero sol. ¿El chico sabrá la diferencia? ¿Habrá visto el verdadero sol alguna vez? ¿Le habrán enseñado a comprender la diferencia entre realidad y ficción?
“Ay, gordito, desde aquí vi la CNN en español transmitiendo en directo el acto de Cristina en la Plaza de Mayo, todo todito, y la escuché hablar amorosamente con “su pueblo” me pregunté si ella diferencia la realidad de la fantasía. ¿Creerá realmente que las 60.000 personas que fueron a la Plaza llegaron para verla y escucharla y aplaudirla a ella? ¿O será como el chico de la pintura, que no sabés si mira el sol dibujado en los ladrillos e imagina que es el verdadero sol? Junous, gordito, qué complicado está todo allí, por eso no voy, me duele, es como las pinturas de Juanito Laguna, de Berni, tan coloridas y bellas, hasta que te enterás que el chico está en un basural”. Jaque mate, match point, tu mach, con esa reflexión me dieron ganas de irme a dormir, sino fuera porque estaba muy linda con su camisón seductor, sus aneojitos y sus ojos azules que mejor ni contarles, para qué, si todo era virtual, aunque no imaginario. Estaba ocurriendo, sólo que a 5000 millas de distancia. Así que seguimos conversando.
Krisis, ¿qué crisis?, y el Koyote, con sus tácticas
geniales para alcanzar sin éxito al correcaminos
geniales para alcanzar sin éxito al correcaminos
Capítulo único, los efectos secundarios del medicamento K
Entonces, jugando, claro, nos pusimos el uniforme de economistas para cambiar de tema. Ella estaba muy linda, claro, sobre todo desde que usa el pelo cada día más oscuro porque se cansó de ser una rubia exitosa en un mundo en donde muchas mujeres se hacen las rubias. Pero estábamos a 5000 millas, ¿ya lo dije?, demasiada distancia para dormir cucharita, así que “Eniuei”, como dice Patricia, nos concentramos en analizar punto por punto las políticas K (¿de él, de ella, de los dos?) para “domesticar la realidad”, o adaptarla a la fantasía oficial, la mayoría de las cuales terminan teniendo efectos secundarios con serios daños colaterales sobre el cuerpo social de los argentinos, y el alma, de paso, si se observa el nivel de ensimismamiento, la gripe, la tos, la angustia, la crispación y otras palabritas que describen el argentine way a mediados de 2008.
Es un listado sencillito…
· Primer daño colateral: empieza con la llamada “operación escarmiento”, que intenta bajar el precio del dólar vendiendo billetes verdes de las reservas internacionales a todos los que deseen comprar, y más, sacrificándose incluso el paradigma industrialista del dólar real alto sostenido todos estos años como pilar del modelo. Esto no se hace porque se ha comprendido que la competitividad de un país no depende sólo de un dólar “competitivo”, sino para castigar a quienes compraron dólares “caros” el mes pasado por temor a una historia que siempre se repite en la Argentina, cuando la inestabilidad financiera, política o económica, modifican la demanda de dinero y hacen que los argentinos quieran huir del peso con sus ahorros y su dinero transaccional, poco o mucho. De un contexto anterior en que el superávit comercial hacía que el BCRA tuviera que comprar dólares si quería sostener el precio, generando además una liquidez excedente que bajaba las tasas de interés más allá de lo aconsejable en un escenario de plena utilización de la capacidad instalada, se ha pasado a un escenario de iliquidez creciente de pesos, con tasas de interés en alza, en que adicionalmente se está subsidiando a quienes quieren comprar dólares vendiéndolos más y más baratos. Pero cuidado, la idea va más lejos: se espera de paso escarmentar a los productores agropecuarios, quienes si decidieran volver a vender granos para exportación no sólo sufrirían por las ridículas retenciones móviles en porcentajes confiscatorios, sino por una paridad dólar más baja. Esto se llama “como ganar amigos”, o castigo ejemplar para quienes se atrevieron a no compartir o a dudar de la política económica oficial conducida por el ex Presidente Néstor Coyote Kirchner. Pero, ¿alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Segundo daño colateral: esta suba de tasas provocada por la iliquidez creciente, en un escenario de cadena de pagos progresivamente afectada por la crisis agropecuaria y un interior del país crecientemente paralizado, está alimentando un enfriamiento de la economía que cada día se parece más a una paralización de la misma, en la medida que los agentes económicos no toman decisiones de comprar, vender, invertir, hacer proyectos y concretarlos. Es otro efecto no deseado del medicamento K: durante meses dijeron que no iban a enfriar la economía jamás de los jamáses, pero las decisiones del gobierno en los hechos están provocando el enfriamiento tan temido. No hay problema, se le echará la culpa del freno al crecimiento (que ya estaba en marcha desde antes de la crisis agropecuaria) a los hombres del campo, y en especial a los representantes del sector), cuyas fotos carnet aparecen hoy en la publicidad oficial como los culpables de todo lo que ocurra de ahora en más. Las estimaciones serias del exterior (Barclays, por ejempleo) ya ven a una economía creciendo alrededor de 2% el año que viene, aunque no sería extraño que ya en este año la desaceleración sea mayor a lo esperado y la economía crezca por debajo del 5% anualizado, claro que el Indek –con su realismo conocido- hablará de un crecimiento rondando entre 7 y 8%... ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Tercer daño colateral. Mientras la Presidenta Kirchner aseguraba ayer en su discurso, con cierto dejo tercermundista del siglo pasado, que “ahora el mundo nos necesita” por los alimentos que producimos, la Argentina está provocando una fuerte inestabilidad e incertidumbre en los mercados de commodities. La soja volvió a rondar los 570 dólares por tonelada en Chicago, no sólo por los problemas climáticos de los EE.UU. (que complican más bien la producción de cereales) sino porque la Argentina ha salido del mercado debido a la decisión de los productores argentinos de no comercializar granos para exportación. Siendo el país el tercer productor y exportador mundial de estos productos (al menos lo era hasta hace poco….), la suba de los precios de los commodities agrícolas es un efecto indeseado, que el país no aprovechará, y apenas la Argentina vuelva al mercado, los precios se ajustarán a la baja, disminuyendo adicionalmente la recaudación tributaria en concepto de retenciones. ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
Entonces, jugando, claro, nos pusimos el uniforme de economistas para cambiar de tema. Ella estaba muy linda, claro, sobre todo desde que usa el pelo cada día más oscuro porque se cansó de ser una rubia exitosa en un mundo en donde muchas mujeres se hacen las rubias. Pero estábamos a 5000 millas, ¿ya lo dije?, demasiada distancia para dormir cucharita, así que “Eniuei”, como dice Patricia, nos concentramos en analizar punto por punto las políticas K (¿de él, de ella, de los dos?) para “domesticar la realidad”, o adaptarla a la fantasía oficial, la mayoría de las cuales terminan teniendo efectos secundarios con serios daños colaterales sobre el cuerpo social de los argentinos, y el alma, de paso, si se observa el nivel de ensimismamiento, la gripe, la tos, la angustia, la crispación y otras palabritas que describen el argentine way a mediados de 2008.
Es un listado sencillito…
· Primer daño colateral: empieza con la llamada “operación escarmiento”, que intenta bajar el precio del dólar vendiendo billetes verdes de las reservas internacionales a todos los que deseen comprar, y más, sacrificándose incluso el paradigma industrialista del dólar real alto sostenido todos estos años como pilar del modelo. Esto no se hace porque se ha comprendido que la competitividad de un país no depende sólo de un dólar “competitivo”, sino para castigar a quienes compraron dólares “caros” el mes pasado por temor a una historia que siempre se repite en la Argentina, cuando la inestabilidad financiera, política o económica, modifican la demanda de dinero y hacen que los argentinos quieran huir del peso con sus ahorros y su dinero transaccional, poco o mucho. De un contexto anterior en que el superávit comercial hacía que el BCRA tuviera que comprar dólares si quería sostener el precio, generando además una liquidez excedente que bajaba las tasas de interés más allá de lo aconsejable en un escenario de plena utilización de la capacidad instalada, se ha pasado a un escenario de iliquidez creciente de pesos, con tasas de interés en alza, en que adicionalmente se está subsidiando a quienes quieren comprar dólares vendiéndolos más y más baratos. Pero cuidado, la idea va más lejos: se espera de paso escarmentar a los productores agropecuarios, quienes si decidieran volver a vender granos para exportación no sólo sufrirían por las ridículas retenciones móviles en porcentajes confiscatorios, sino por una paridad dólar más baja. Esto se llama “como ganar amigos”, o castigo ejemplar para quienes se atrevieron a no compartir o a dudar de la política económica oficial conducida por el ex Presidente Néstor Coyote Kirchner. Pero, ¿alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Segundo daño colateral: esta suba de tasas provocada por la iliquidez creciente, en un escenario de cadena de pagos progresivamente afectada por la crisis agropecuaria y un interior del país crecientemente paralizado, está alimentando un enfriamiento de la economía que cada día se parece más a una paralización de la misma, en la medida que los agentes económicos no toman decisiones de comprar, vender, invertir, hacer proyectos y concretarlos. Es otro efecto no deseado del medicamento K: durante meses dijeron que no iban a enfriar la economía jamás de los jamáses, pero las decisiones del gobierno en los hechos están provocando el enfriamiento tan temido. No hay problema, se le echará la culpa del freno al crecimiento (que ya estaba en marcha desde antes de la crisis agropecuaria) a los hombres del campo, y en especial a los representantes del sector), cuyas fotos carnet aparecen hoy en la publicidad oficial como los culpables de todo lo que ocurra de ahora en más. Las estimaciones serias del exterior (Barclays, por ejempleo) ya ven a una economía creciendo alrededor de 2% el año que viene, aunque no sería extraño que ya en este año la desaceleración sea mayor a lo esperado y la economía crezca por debajo del 5% anualizado, claro que el Indek –con su realismo conocido- hablará de un crecimiento rondando entre 7 y 8%... ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Tercer daño colateral. Mientras la Presidenta Kirchner aseguraba ayer en su discurso, con cierto dejo tercermundista del siglo pasado, que “ahora el mundo nos necesita” por los alimentos que producimos, la Argentina está provocando una fuerte inestabilidad e incertidumbre en los mercados de commodities. La soja volvió a rondar los 570 dólares por tonelada en Chicago, no sólo por los problemas climáticos de los EE.UU. (que complican más bien la producción de cereales) sino porque la Argentina ha salido del mercado debido a la decisión de los productores argentinos de no comercializar granos para exportación. Siendo el país el tercer productor y exportador mundial de estos productos (al menos lo era hasta hace poco….), la suba de los precios de los commodities agrícolas es un efecto indeseado, que el país no aprovechará, y apenas la Argentina vuelva al mercado, los precios se ajustarán a la baja, disminuyendo adicionalmente la recaudación tributaria en concepto de retenciones. ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Cuarto daño colateral. Si algo le ha restado popularidad a la Presidenta Kirchner en estos meses, además del enfrentamiento con el campo, son dos hechos adicionales. Una, el involucramiento nunca desmentido de Luis D’Elía con el gobierno, un hombre que cada vez que abre la boca reduce notablemente la confianza en el gobierno. En una ecuación de costo-beneficio de una empresa privada, los accionistas ya hubieran echado al Ceo, y obviamente el nuevo Ceo lo hubiera echado a D’Elía, el “gerente extraoficial de relaciones no institucionales”, para decirlo amablemente. Dos, la inflación minorista, no sólo porque ronda 30% anual, en ascenso, sino porque la destrucción del Indek y la misma actitud oficial de esconder la inflación mintiendo sobre su nivel real, han contribuido a la notable pérdida de confianza y popularidad que revelan las encuestas serias. Conclusión: entre D’Elía, Guillermo Moreno y el enfrentamiento con el agro por las retenciones móviles, el gobierno nacional -si hoy hubiera elecciones- perdería sin ninguna duda, salvo que el escrutinio lo realizara el Indek. ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Quinto daño colateral. Un nuevo default de la Argentina, ni siquiera declarado, ya ha comenzado a articularse debido también al falseamiento de las estadísticas oficiales, que han reducido a un tercio de su ajuste por inflación estipulado a los bonos ajustables por CER, que representan cerca de la mitad de la deuda pública total. Esto puede verse a través de dos impactos. Uno, la feroz caída del precio de estos bonos. Dos, la incapacidad de la Argentina para obtener nuevo financiamiento para enfrentar los próximos vencimientos de la deuda pública, algo que afectará plenamente este tema en el año 2009, sino hay cambios antes. ¿Alcanzará el Coyote al correcaminos?
· Sexto daño colateral. En la Argentina existe un nuevo empresariado nacional pujante y competitivo, que se encuentra en el interior del país y que está representado no sólo por los productores agropecuarios pequeños y medianos, sino por todas las actividades relacionadas con esta actividad, que hasta hace tres meses mostraban un dinamismo ejemplar que fuera uno de los motores de la recuperación económica de estos últimos años, motorizado por la buena situación de la demanda internacional y por los precios en alza de los commodities. Se trata del sector más moderno de la Argentina, tanto que no ha necesitado para sembrar más y obtener mejores rendimientos al famoso dólar alto, ya que de hecho las retenciones le restaban una porción importante de rentabilidad, sólo complementada por los mejores precios internacionales. Esta nueva burguesía nacional es la que ha enfrentado el gobierno de los Kirchner, que se autocalifica como productivista pero que sigue anclado en el tiempo y pensando que la industria es el único motor económico del crecimiento, en un concepto desarrollista y autárquico que ha sido superado por el tiempo, y que adicionalmente niega la simple teoría económica clásica (no confundir con el “demonio neoliberal”, qué barbaridad) sobre la especialización y la división internacional del trabajo (que cada país dedique sus esfuerzos a producir aquello para lo que es más eficiente y competitivo. El enfrentamiento con el campo tiene dos impactos: el económico, porque si no se derogan las retenciones móviles ello hará que la siembra disminuya, junto a las inversiones y la productividad, y el político, si se considera que más de 40% del electorado vive en pueblos del interior de menos de 50.000 habitantes totalmente dependientes y relacionados con la actividad agropecuaria.
· Séptimo daño colateral: ¿se dará cuenta el gobierno –enfrascado en ganarle al campo a cualquier precio- que sería conveniente para él, para el campo y para la economía toda, que se derogue el célebre “Lousteou 125”? ¿Por qué? Simple, porque demostraría la vocación democrática del gobierno al dejar que el Congreso trabaje y además derogue un instrumento tan polémico. Y porque si le gana al campo con el tema retenciones pierde, pierde el 40 y pico del electorado del interior del país y porque en el futuro sólo los establecimientos agropecuarios de mayores rindes seguirían sembrando y cultivando granos (cereales y oleaginosas) con este elevado nivel de retenciones, y porque los precios internacionales probablemente bajen antes que subir, y porque si bajan los precios internacionales (muy jugados a la famosa “timba”) reducirán la rentabilidad del campo y dejarán fuera de fuego a los campos de baja y mediana productividad, lo que significa menos rentabilidad con estas retenciones que son récord mundial y galáctico, con el efecto desacelerador de la economía que agregaría al actual escenario. Ganarle al campo, en este caso, es perder la guerra.
· Etcétera. ¿Alcanzará el Coyote –con sus geniales ideas que siempre fracasan- al correcaminos?
Botineras en un país fanático y machista
Epílogo, el crucero del amor
Amigos y no tan amigos. La lista es demasiado larga y su denominador común es que los objetivos de la política oficial declamada no se están logrando, todo lo contrario, ya que generan efectos secundarios e indeseables mucho más graves que el supuesto beneficio esperado, esto es, provocan daños colaterales inquietantes y día a día más riesgosos. ¿Será que el médico que receta los “medicamentos” no cursó bien su carrera, y por lo tanto sus diagnósticos son recurrentemente equivocados? Es posible. Y también es probable que la realidad que ven hoy los millones de argentinos, que hasta hace pocos meses confiaban en el gobierno y ahora confían en sus cacerolas, no sea la misma que la que ve el matrimonio presidencial, que parece vivir en el crucero del amor, una serie de la TV de hace unas décadas, en donde todo terminaba bien y era rosado. Y había un sol de mentiritas, como el de la pintura de arriba.
Hoy vivimos en un tiempo en que “todos dicen te quiero”, como el título de aquella película de Woody Allen. Y todos hablan de la democracia, utilizan esa palabra repetidamente, se muestran sensibles, sinceros, transparentes, respetuosos y pluralistas. ¿Hay alguna forma de evaluar quienes son sinceros y bienintencionados y capaces de cumplir con sus palabras? Sólo se me ocurre un test muy sencillito, además de mirar en los ojos, de frente, a quienes lo dicen: contar las veces que en un discurso se dicen palabras como democracia, pluralismo, “la verdad es que”, tolerancia y respeto. El test es fácil: la cantidad de veces que se repiten esas palabras en un discurso es inversamente proporcional a sus intenciones. O como lo hubiera dicho Maruja, la famosa tía de Bernardo Neustadt, “dime de que presumes y te diré de que careces”. Glup... (como diría Gabriela Pousá)…
Un abrazo, me voy a ver una excelente película (La Princesa) sobre la vida de María Bonaparte, la famosa paciente de Sigmund Freud que lo sacó de Austria en la segunda guerra, salvándole la vida a él y a toda su familia. Hoy en Europachanel, para los que tienen cablevisión digital.
Claro que Paltrow no tiene Europachanel, se lo pierde por vivir en Niúyork, Niúyork, pobre.
Una más: se viene el blog del hombre electrónico, se viene.
El Hombre Electrónico
Políticamente incorrecto