¿Una crisis peor que la de 2001/2002? (Carta del ciberespacio 294)



"Una adecuada lectura del procesamiento de Boudou nos permitiría inferir que los 
verdaderos buitres están entre nosotros y no en Nueva York."

(Columna de opinión de Fernando Laborda, 
La Nación, 29 junio 2014)


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Carta desde el ciberespacio 294,  del 10 de enero de 2014
(Repetición)

Desinversión, restricciones de oferta, recesión con alta inflación y deterioro social creciente...


AL BORDE DEL ABISMO




Nunca es triste la verdad, 
lo que no tiene es remedio.
Joan Manuel Serrat

Hola amigos y no tan amigos. La economía global sigue mejorando, pese a las innegables dificultades. Pero el mundo "no se nos cayó encima", pese a los intentos de los funcionarios de justificar la crisis argentina con excusas externas. Será por eso que siguen dando vueltas las famosas frases de varios ex ministros de Economía: "me quiero ir"... O "el que apuesta al dólar pierde"... O "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo"... Y una nueva, fresquita: "queremos pagar pero no nos dejan!!!!". 


- Flaquito -me decía vía Skype hace un rato Patricia Paltrow desde La Calle de la Pared, Wall Street, Niúiork-, necesito que vengas y me abraces urgente, aquí hace mucho frío, y en Chicago ni te cuento, está para quedarse dentro de casa, o de la cama, jugando al Scrabel o al amor, a qué hora venís?
Eran las 16 horas, así que me la imaginé en su buró de la Calle de la Pared, con su IPhone en una mano y unos pequeños inalámbricos en sus orejitas, escondidos detrás de su pelo despeinado científicamente, que en estos meses es castaño claro (ya saben que el misterio más grande sobre una mujer es el verdadero color de sus cabellos). 
- Hay un vuelo de American que sale de Buenos Aires a las 22 horas, more o less... -siguió ella, como si nada, mujer global siglo XXI, activa, de tomar decisiones por su cuenta-. ¿Ya te dieron la visa nueva? Dale, gordito, tenemos que vernos con la piel, sin la computadora en el medio, ayer estuve en Victoria Secret, pese al frío, y tengo varios regalos para mi que te gustarán a vos. El plan B es encontrarnos en el Caribe en dos días, total los mercados están lateralizados porque el Don Jones, el EsanPI y el QQQ subieron demasiado el año pasado, y los muchachos están jugando a la toma de ganancias... Aunque entre los 35 grados de Buenos Aires y los - 15 de Niúiork, lo mejor sería encontrarnos en otro planeta sin tanto cambio climático, o a lo sumo en tu amada Ilhabela, ¿no te parece Bebé? Yo estoy dispuesta a irme hasta allí, ya sé que salir de la Argentina se ha convertido en una operación compleja, estilo siglo XIX o XX, pero podemos encontrarnos en San Pablo, alquilarnos un auto y escaparnos hasta que el futuro nos alcance en alguna pousada de la isla. Necesitamos descansar ya, mirá si se acaba el mundo, o si aparece un cisne negro, ya que estamos en el siglo de la incertidumbre y el estrés, como diría tu gran amigo Prigogine, el del premio Nobel. Por eso a veces hay que dejarse llevar y volverse un poco loco, ¿no te parece gordito? Dale, juro hacerte eso que te gusta tanto...    
Yo la escuchaba y me preguntaba si sí o si no. Recordé mi frase perdilecta de estas semanas: "no corras, que sólo llegarás más rápido al cementerio"... Pensé que no me gusta que las mujeres tomen decisiones por mi, salvo que decidan lo que yo quiero, así que decidí que sí, lógico, si ella siempre me puede porque me gusta que me pueda, aunque en estos tiempos de hombres desdibujados y mujeres libres o muertas, jamás esclavas, es un trabajo arduo evitar convertirse en un Shorthorn (esos toros de cuernos cortos que llevan y traen atados de una cuerdita tomada de la nariz)...
Por lo demás, estar en Baires hablando del tomate de CFK se ha hecho tan insalubre que este tema podría contagiarnos a todos y dejarnos estúpidos. Por lo demás, pensé que me merezco vacaciones a lo Paltrow, con Paltrow, luego de un 2013 de terror. 
Pero antes necesitaba terminar mi nueva carta desde el ciberespacio, claro. Así que decidí hacer esto y luego planear lo de mi amada Ilhabela. Me pregunté si habría una ola de calor como aquí y si habría energía, y me respondí que sí. De hecho, en Uruguay en estas semanas sufrieron la misma ola de calor, pero allí no hubo apagones. ¿Allí no habrán conspiraciones de los grupos económicos? 

Stephanie Ruhle, analista
financiera de Bloomberg TV, quienes todos 
los días confirma con sus datos 
que el mundo no se nos cayó encima.
(para quienes dicen que Bloomberg es aburrido..)

La pregunta tan temida

Amigos. La pregunta ya no es si estamos en crisis, lo que es obvio, sino si esta crisis económica, social y política ya iniciada en el año 2013 puede ser peor que la tan temida crisis de 2001-2002, aquella que nos dejó tan mal a los argentinos que hasta cruzaríamos el desierto, aceptaríamos cualquier cosa que ocurra o ignoraríamos cualquier realidad, con tal de evitar que aquella dolorosa historia vuelva a repetirse. 
El problema es que, justamente, por callarnos y querer evitar otra situación traumática como aquella, terminamos "no haciendo olas", aceptando cualquier cosa, mirando para otro lado, haciéndonos los bolú, como lo enseña el manual del pragmático-frívolo cuya frase predilecta es "yo no los voté".... El problema es que por querer evitar volver al pasado, por mirar para otro lado, corremos el riesgo de construir entre todos una remake que incluso podría ser peor, y más dolorosa, que la versión original, sí, la del 2001/2. 
Veamos unos hechos innegables sobre lo que estamos viviendo, que ni siquiera necesitan del Indec para esconderlos debajo de la alfombra... 
  • En un contexto de Inflación creciente imposible de esconder (25-28% anual, en ascenso) y de precios relativos totalmente distorsionados (tarifas, dólar, salarios), la Argentina enfrenta hoy la ausencia de una política anti inflacionaria seria que ataque las causas del problema, y no sus consecuencias. Sobra demanda, falta oferta y no hay inversión productiva suficiente. 
  • Durante la crisis del 2001/2 la inflación posterior a la feroz devaluación del peso generó un rebrote inflacionario bastante menor a todo lo que nuestra economía ha acumulado desde el retorno de la inflación real, no la del Indec, allá por 2006. 
  • Pese a esto, la economía se desacelera progresivamente y se acerca a la estanflación, como consecuencia del exceso de demanda promovido por la caricatura de un keynesianismo exagerado y ante la falta de insumos críticos (un "logro" del cepo cambiario y su insuficiencia de importaciones), con cuellos de botella aquí y allá. 
  • La maravilla del "vivir con lo nuestro" ha llegado a la Argentina y demuestra, sencillamente, que en el siglo XXI encerrarse y querer producirlo todo aquí, cueste lo que cueste, fue una forma estúpida de pegarse un tiro en el pie. 
  • Vivimos en un ambiente de inseguridad e incertidumbre de todo tipo, con convulsión social, afuera o adentro de la casa, lo que nos lleva a un enloquecimiento colectivo ante señales de todo tipo, contradictorias, esquizofrénicas y cambiantes.  
  • Sufrimos cortes de luz provocados por 10 años de desinversión, con el agravante que convivimos con una típica "interna" en que los involucrados se entretienen, de manera infantil, echándose la culpa unos a otros por una crisis energética que ya era previsible hacia 2006 o 2007. De hecho, la misma fue anticipada por los expertos hace años y nadie los escuchó. 
  • Sufrimos "accidentes" de trenes y otros medios de transporte en medio de vías y rutas obsoletas e insuficientes, con autos nuevos en calles y ciudades viejas, servicios desvencijados que no funcionan, equipos obsoletos para los que no se consiguen repuestos debido al cambio tecnológico a la velocidad de la ley de Moore. Todo eso más inundaciones, incendios y otros accidentes inesperados aquí y allá, para los que no hay una infraestructura estatal preparada para enfrentarlos (¿funciona Defensa Civil?, ¿existe?). Y no hablo sólo del sector público, sino del sector privado, ya que la inversión productiva ha sido sustituida en la Argentina de estos años de "década ganada" por simples reparaciones de mantenimiento para expandir la oferta, aunque a costos crecientes, en una típica exageración argentina del viejo sistema de "lo atamo con alambre" que no funciona en las naciones con tecnologías modernas.
  • Se observa una sorda acefalía, o vacío de poder, lo que lleva a preguntarse "¿y dónde está el piloto?".
  • Subsisten los piquetes nuestros de cada día, y si lo perjudican a Macri, mejor.
  • La pérdida dramática de la calidad educativa, la deserción escolar, más de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan, indicadores sociales (desempleo, pobreza e indigencia) que se complican pese a los desmentidos oficiales, son, así, el escenario que alimenta un auge del narcotráfico, la inseguridad y la incertidumbre en que viven los argentinos.  
¿Y dónde está el piloto?...

¿Todo esto fue peor en 2001/2, o lo está siendo ahora?...
Amigos, aunque los números macro económicos de los años 2001/2 fueron dramáticos, inolvidables, esta situación amenaza complicarse día a día, y de continuar esta tendencia podría ser peor, más persistente y quizá más grave que la iniciada 13 años atrás. 
Ante todo porque la Argentina es hoy un país dividido, cortado en dos, anestesiado, anómico, enojado, resentido. Los argentinos estamos empezando a estar cargados de odio con quienes no piensan como nosotros, quienes piensan distinto, quienes se callan, quienes no se callan, con un resentimiento y una violencia crecientes de pobres contra pobres, pobres contra ricos, ricos contra pobres, trabajadores esforzados versus beneficiarios de planes sociales, oficialistas versus opositores. 
Basta ver Twitter para darse cuenta que estamos divididos y cada uno se cree mejor que el otro y que es el único dueño de la verdad. Para peor, muchos argentinos creen que la culpa siempre es de los demás, estén fuera o dentro del país. Esto es peligroso: 70 o 75% contra 25 o 30% del electorado, opositores y oficialistas, todos contra todos, políticos contra ciudadanos. 
Nos estamos convirtiendo en el país del "sálvese quien pueda", el país del resentimiento. " ¿No hay caníbales en esta tribu? -preguntó, atemorizado el rehén recién capturado por los indios. Y el jefe de la Tribu respondió, muy serio, que "no, ya nos los comimos a todos...", suele bromear Paltrow con ese humor inglés que la caracteriza...   

 ¿Los argentinos prefieren hacer el amor o hacer el odio?

  • Con respecto a la economía de 2001/2, en aquella ocasión la salida de la convertibilidad sin duda fue dramática, ya que generó un feroz aumento del desempleo, la pobreza y la indigencia, una convulsión social muy peligrosa y una caída acumulada del PIB cercana al 15%,  (que se recuperó a partir del rebote del año siguiente). Se trató de una recesión muy profunda, sin duda, con un rebote tan pujante como la caída anterior y con un bajo impacto inflacionario pese a la devaluación. Ayudaron a todo esto la combinación de una política keynesiana eficaz y mesurada, junto al hecho de que ya estaban mejorando los precios de los commodities agropecuarios y se iniciaba el famoso "viento de cola" dado por la marcha positiva de la economía internacional y la inclusión progresiva de los grandes países emergentes. Tasas bajas, lluvia de dólares y boom de los commodities.
Pero la situación actual es diferente, quizá peor, por sus implicaciones futuras... 
  • Respecto a la economía, la llamada "década ganada" se caracterizó por niveles de desinversión que agotaron progresivamente la posibilidad de nuevas expansiones de la producción, de la oferta de bienes y servicios, púbicos y privados, sin que se verifique antes un auge de inversiones de equipos y tecnologías nuevas, la mayoría de las cuales no produce el país. El nivel de desgaste y deterioro de la actual infraestructura, pública y en algunos casos también privada, es elevado. Nos hemos convertido, poco a poco, en un país con importantes grados de obsolescencia, un país que no funciona, mientras el mundo siguió avanzando pese a la crisis de 2008-2009, modernizándose, creando nuevas tecnologías y nuevos productos que los argentinos conocemos por televisión, por nuestros viajes o porque fueron importados cuando no existían las actuales limitaciones al ingreso de bienes y servicios. 
Con estos datos, y a diferencia de lo ocurrido durante la crisis de 2001/2002, tenemos por delante una crisis no tan profunda como  la anterior, pero posiblemente mucho más larga y frustrante, con un crecimiento lento y una posible estanflación, a menos que los argentinos, y su clase política, generen un cambio de actitudes, valores y comportamientos como los que hemos arrastrado en las últimas décadas, pero que se fueron profundizando en los años pasados y empeoraron en esta década frívola, sin ejemplos, con el telón de fondo de que hoy no se premian el esfuerzo, la competencia, el estudio y el trabajo, sino lo valores relacionados con la elección del camino fácil para lograr lo máximo posible con el mínimo esfuerzo.  
Dicho crudamente, cambiamos y crecemos como personas y como sociedad y dejamos de echarnos la culpa unos a otros, o de echarle la culpa al Resto del Mundo, o ingresaremos en una larga letanía que, de hecho, ya está en marcha y que, a diferencia de la recesión profunda, dolorosa pero de salida rápida de 2001/2, podría convertirse en una caída suave, pero más larga y por ello más destructiva.   
En 2001/2 el país tenía una infraestructura nueva, moderna, competitiva a nivel internacional, lo que le permitió una rápida superación de la crisis económica y social. 

Y sobre esto, el clima institucional. 


  • Una justicia manipulada que no funciona, que siempre llega tarde y mal, como si viviéramos dentro de "El secreto de sus ojos", la película de Juan José Campanella que es una inusual y triste metáfora de nuestro pasado, de nuestro presente y quizá de nuestro futuro.  
  • Funcionarios incomprensibles, aplaudidores seriales y cínicos, que no dudan en pensar con dos días de diferencia de una manera, o decir todo lo contrario, con actitudes impunes y soberbias, como si creyeran que se quedarán eternamente, sin saber que cuanto más corren más rápido llegarán al cementerio. ¿Fue peor en 2001 o lo está siendo ahora?
  • Un Estado con una presión fiscal récord, que aún así no alcanza para brindar los servicios básicos que la gente necesita para ofrecer seguridad, salud, justicia y educación a quienes pagan sus impuestos, mientras se dedica a redistribuir estos recursos al más puro estilo populista entre los más humildes, los menos capacitados, los que quedaron excluidos. No está mal pensar en ellos, claro, pero en todo caso una ayuda realmente progresista de los menos favorecidos tendría que aplicar aquella enseñanza de Mao Tse Tung: "no sólo les des pescado, también enséñales a pescar"... ¿Fue peor en 2001/2 o lo está siendo ahora?
  • Los argentinos hoy pagamos impuestos como en Suecia, pero recibimos servicios como en Uganda, con perdón de Uganda. Con el agravante que los recursos fiscales que recauda la Nación no son repartidos de manera federal, ya que la distribución secundaria (Nación-Provincias) es desigual y se otorga "graciosamente", bajo presión, a cambio de votos y favores políticos. ¿Fue peor en 2001 o lo está siendo ahora?
  • En el año 2001 éramos todos argentinos que sufríamos una crisis económica, esta vez esos mismos argentinos estamos divididos en dos bandos, con una peligrosa carga de odio entre hermanos en donde ambas partes creen ser los dueños de la verdad. Eso lleva a una sociedad intolerante que genera comportamientos peligrosos que ya hemos conocido en el pasado. 
  • Nomeimportismo y grouchomarxismo, dos formas de vida que pueden resumirse en la vieja frase "sálvese quien pueda", que se ha demostrado inútil una y otra vez porque no se salva nadie. Ya no tenemos principios, sólo fines y objetivos. 


 Groucho, con su smartphopne


Conclusión: como en aquella película de los hermanos Marx, "Mas madera", la actual crisis se nutre de nosotros mismos, que nos consumimos unos a otros para alimentar la locomotora de un tren enloquecido que no puede frenar. Los argentinos compraron miles de splits en cuotas para el verano, pero no hay luz para hacerlos funcionar. Los argentinos cambiaron sus autos, pero en las estaciones de servicio hay largas colas, faltas de combustible y precios en alza. Y no tienen adonde estacionar, además del tránsito de ciudades y rutas que no dan abasto para tantos vehículos. Los argentinos que quieren viajar al exterior no lo logran, ya que no les venden dólares dentro de la ley (salvo algunos "desconocidos de siempre", que corren con el caballo del comisario). Los trenes y otros transportes públicos (salvo excepciones) están destruidos, con accidentes y muertos a los que la justicia no defiende. Nos hemos convertido en una calesita que funciona dando vueltas y más vueltas, hasta que también choque en alguna esquina sin semáforos. Los servicios públicos funcionan mal, y con tarifas crecientes. Más la inflación, claro, que es devastadora y genera un nivel de incertidumbre respecto al futuro. 

¿Tenemos futuro? De nosotros depende, y no de que los políticos, Vaca Muerta, el contexto mundial, la frivolidad en que vivimos, o lo que sea, nos dejen salir adelante. Repito, de nosotros depende, de nadie más...




Con este diagnóstico adicional, ¿estamos peor, igual o mejor que en 2001/2? La respuesta la tiene cada uno de ustedes. Voten, si quieren, de paso practican... 
  


¿Ilhabela o el Caribe?

Un abrazo, saludos de Patricia Paltrow. Y hasta la Victoria Secret.


El Hombre Electrónico
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@h_electronico (Twitter)


¿El mundo fue y será una porquería, ya lo sé?, ¿O se equivocó Discépolo?

Amigos y no tan amigos, publico otra vez la carta del ciberespacio del 15 de mayo de 2014, creo que vale la pena releerla. Hasta la Victoria Secret. El Hombre Electrónico




Carta desde el ciberespacio 298, del 15 de mayo de 2014


Enrique Santos Discépolo, autor de "Cambalache

http://www.youtube.com/watch?v=T0kTiKCC3UI
(Cambalache, versión de Julio Sosa)


Hola amigos y no tan amigos. La de hoy es una carta cuyo objetivo es desafiarlos a pensar diferente. Ya lo sé, eso es políticamente incorrecto, y más en la Argentina, pero qué voy a hacer, me gusta provocarlos, es mi trabajo, creo que si no comenzamos a pensar por nosotros mismos respecto a cómo somos y cómo vivimos, si no nos atrevemos a mirarnos al espejo, seguiremos viviendo en una versión triste y decadente de Macondo. O peor, en un país adolescente, incapaz de crecer, de cambiar, estancado en el tiempo mientras los años pasan y nos vamos poniendo viejos, amargados, resentidos, divididos, anestesiados, y siempre con esa equívoca sensación que la culpa no es nuestra, sino del mundo, que nos ha hecho mal. O "que se nos cayó encima", como suele decir CFK parafraseando a Discépolo, en una de esas tardes de Cadena Nacional en las que suele encender el ventilador para que sus aplaudidores seriales, cada vez menos, se sonrían un poco y hagan eso que parece ser lo único que saben hacer, que es sonreír y aplaudir no se sabe qué. Entre nosotros, a veces queda la sensación que ya ni la escuchan, que sólo hacen como que escuchan... Les pueden decir que son idiotas y ellos aplauden igual, sólo por estar allí, en esa versión berreta de una red carpet del subdesarrollo. 

"Flaquitogordito -me dijo recién Patricia Paltrow cuando hablamos por Skype, desde su oficina de la calle de la Pared, allí en Niúiork Niuiork-, las personas subdesarrolladas no pueden construir una nación desarrollada. Así de simple, beibi. Para consumir, primero hay que producir...Y para eso hay que educarse, esforzarse, estudiar, capacitarse, aprender". Yo por supuesto le miraba los ojos de colores. Tenía una camisita blanca con dos o tres botones desabrochados, casualmente o no tanto, sólo para seducir y confundir a quien se le cruce, y el pelo suelto, despeinado por la vida, ya saben que es una mujer que parece estar siempre peleada con el viento. Obviamente lucía una pollerita algo por encima de las rodillas, no mucho, lo suficiente para no dejar de ser una Lady (se levantó a buscar un café a propósito, para mostrarse en la webcam, mujer al fin con deseos de ser deseada. Es lo que siempre me hace como parte del juego que jugamos hace años, pero lo hace tan bien.... 
Y por supuesto que la extrañé, obvio, porque hace semanas que yo no le tomo la mano con fuerza ni ella me besa en cualquier lugar que me ponga tranquilo. (aunque pronto tenemos una Date en Ilhabela, Brasil, menos mal). 
Y entonces me dijo algo más: flaquito, poné youtube, y yo lo hice. Ahora escribí Cambalache, y yo lo hice. Ahora buscá la versión de Julio Sosa, y yo lo hice. Y ahora escuchá con atención esa canción y adiviná adonde hay una feroz inconsistencia en esa letra de Enrique Santos Discépolo que ya tiene exactamente 80 años desde su creación, allá por 1934. Y me cortó, claro, si el Don Jones volvía a querer acercarse, otra vez, a los 17.000 puntos y el S&P a los 1900, y su trabajo es comprar y vender bonitos y stocks. De eso vive, muy bien, en WS. 
Pero recuerden la letra de Cambalache, pasen y vean... 

Que el mundo fue y será una porquería,  
 ya lo sé... 
 En el quinientos diez,  
 y en el dos mil también.  
 Que siempre ha habido chorros,  
 maquiavelos y estafaos,  
 contentos y amargaos,  
 valores y doblés.  
 Pero que el siglo veinte, 
 es un despliegue,  
 de maldad insolente,  
 ya no hay quien lo niegue.  
 Vivimos revolcaos en un merengue,  
 y en el mismo lodo, 
 todos manoseaos.
 
 Hoy resulta que es lo mismo,  
 ser derecho que traidor.  
 Ignorante, sabio, chorro,  
 pretensioso estafador.  
 Todo es igual... Nada es mejor!  
 Lo mismo un burro, 
 que un gran profesor.  
 No hay aplazados, ni escalafón,  
 los inmorales nos han igualado.  
 Si uno vive en la impostura,  
 y otro afana en su ambición,  
 da lo mismo que sea cura,  
 colchonero, rey de bastos,  
 caradura o polizón.  
 
 Que falta de respeto,  
 que atropello a la razón,  
 cualquiera es un señor,  
 cualquiera es un ladrón.  
 Mezclado con Toscanini va Scarface y Napoleón, 
 Yatasto y Lavignon,  
 Gatica y San Martin...  
 Igual que en la vidriera irrespetuosa  
 de los cambalaches,  
 se ha mezclado la vida,  
 y herida por un sable sin remaches,  
 ves llorar la Biblia, 
 junto a un calefón.  
 
 Siglo veinte, cambalache,  
 problemático y febril.  
 El que no llora, no mama,  
 y el que no afana es un gil.  
 Dale nomás! Dale que va!  
 Que allá en el horno 
 nos vamos a encontrar!  
 No pienses más, 
 hacete a un lado.  
 Que a nadie importa 
 si naciste honrado.  
 Si es lo mismo el que labura  
 noche y dia, como un buey,  
 que el que vive de los otros, 
 que el que mata, que el que cura,  
 o esta fuera de la ley.


Yo escuché la letra de la canción, mientras lo veía a Julio Sosa, un típico macho argentino (aunque fuera uruguayo) de esos que se mueren en su ley, y tuve que volver a escucharla dos veces más para entender la adivinanza. En el medio se me cruzó la imagen de mi amigo Willie Kohan, quien ya hace años viene sosteniendo, con razón, que no le echemos la culpa de lo que nos pasa al mundo, que "Somos Nosotros" (en su programa de radio, por ejemplo). Y poco a poco comprendí de qué se trataba la adivinanza. Sencillito, como diría Paltrow, Discépolo era un híper pesimista, tanguero y melanco (como muchos argentinos...), que veía al mundo gris, a todo el mundo, claro, aunque no sé si habrá salido de la General Paz, con todo respeto. Pero esa es la clave que vieron Paltrow, y antes Willie Kohan, casi un acto fallido, casi una coartada para evadir culpas y responsabilidades: no es que el mundo sea gris, es la Argentina, somos nosotros, un país gris pese a sus enormes riquezas naturales, un país pendular, grouchomarxista, transgresor, que se hace el solidario y el progresista pese a que viene decayendo hace décadas y pasó desde el 7 lugar en el mundo hasta el lugar 27, si lo medimos por el tamaño de su economía, o en el puesto 60, aproximadamente, si lo medimos en función del producto bruto por habitante. Eso es retroceso, eso es volver al pasado. Eso es negarse a ver la realidad... 
Pero la clave es que tanto Discépolo, como Cristina Kirchner, creían que "el mundo fue y será una porquería, ya lo sé". Lo que les era y sigue siendo muy "conveniente" para evadir culpas y responsabilidades, casi como si fuera una coartada perfecta. 
Como suele decir la Presidente para justificar las diversas crisis argentinas: "el mundo se nos cayó encima", qué le vamos a hacer, agente, yo pasaba por aquí, tenía el cinturón de seguridad bien puesto, no había bebido y tenía los papeles en regla, pero el mundo se me cayó encima y por eso ocurrió el accidente, Accidente, ¿me entiende? La culpa es del mundo, que fue y será una porquería, ya lo dijo Discépolo hace 80 años, no sé si lo tiene visto...

Queridos amigos y no tan amigos, Sra. Presidenta y Sr. Discépolo y sus fanáticos escépticos, si se fijan bien las estadísticas (las serias, claro, no las del Indec), o si miran muchos otros indicadores cualitativos de diversos países, no todo el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, ni en el 510 ni mucho menos en el 2000. No todo el mundo es un Cambalache, tampoco, como lo sostenía Discépolo en un tango bien argentino, derrotista, demasiado argentino, casi un himno nacional que pretende hablar del mundo (casi una "transferencia", como diría algún psico de Villa Freud) pero termina describiendo a la Argentina y a los argentinos. Pero cuidado, ni siquiera a todos los argentinos, muchos de los cuales sobreviven a este cambalache que no es global a fuerza de principios, dignidad y mucho, pero mucho, esfuerzo, estudio, madrugar, pelearla todos los días para encontrarle la vuelta y hasta trabajar, sí trabajar, a quién se le ocurre eso que por aquí no está de moda, porque a muchos argentinos les gustan los curros, los planes no trabajar, hacerse el barrabrava, entrar por una puerta y salir por la otra (y luego ampararse en que la sociedad ha sido injusta con ellos), o más, jugar a que son políticos e intendentes durante 10, 20 años...  
Cambalache, la canción, nuestro himno no oficial, es casi una justificación para ampararnos y justificar que nosotros no somos los malos, los únicos, los peores, sino que todos, en todo el mundo, lo son, los de aquí y los allá, los de arriba y los de abajo, los de izquierda y los de derecha, es la excusa perfecta que tenemos para seguir currando... 
Qué bien que les viene esto a los cínicos, a los que mienten, esconden, roban, le echan la culpa a los demás, se justifican y siguen adelante con frivolidad, sin mirarse nunca al espejo. ¿Quedó claro, muchachos del tablón?
Amigos, en el mundo hay de todo, pero el tango Cambalache no describió al mundo, sino a la Argentina. Discépolo prefirió creer que todo el mundo fue y será una porquería, pero no es así, aunque este himno argentino nos viene muy bien para quedarnos tranquilos, para recostarnos en la cómoda mediocridad de considerarnos una parte de un mundo lleno de corruptos y ladrones y tipos fuera de la ley, en donde conviven la biblia con el calefón. Y por lo tanto, señor Juez, somos inocentes, ya se sabe, en un mundo de ciegos, el tuerto es rey. 

Pero las cosas no son así, insisto, amigos y no tan amigos. En el mundo siglo XX, o más actual, en el siglo XXI, hay países que crecen, que progresan, que avanzan, que se desarrollan, en donde no se premia a los chantas ni a los mediocres, ni a los corruptos, ni a los que se callan, ni a quienes no enseñan a aprender ni aprenden a enseñar. En ese mundo, un mundo que Cambalache no muestra, hay millones de personas que crecen, aprenden, trabajan, respetan las leyes y las instituciones, se queman las pestañas estudiando, pensando, tratando de inventar, de innovar, de mejorar lo que hay. Hay millones de personas que se esfuerzan, sueñan, tratan de hacer las cosas dentro de la ley y de cumplir con sus convicciones, sus principios. 
En ese mundo los chinos y los Hindúes están agregando todos los años a millones de personas al mundo del trabajo y del consumo. En ese mundo no es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, el que mata, que el que cura o esta fuera de la ley.
En ese mundo que los pronosticadores del Apocalípsis describen como un cambalache, hace apenas 200 años la población era de 1000 millones de personas, y hoy nos acercamos a los 7.000 millones, pese a que otro pesimista, Malthus, dijo que el mundo no iba a poder alimentar a más gente. Otro que se equivocó.
En ese mundo, el llamado resto del mundo, hay problemas graves, pero también millones de personas se despiertan a la mañana, toman su desayuno y salen a trabajar para ver qué pueden hacer para estar mejor, para crecer, para aprender, para resolver sus problemas y los de sus seres queridos. Y hasta les queda tiempo para preocuparse del Cambio Climático, de pensar en sus nietos, de hacer planes, de enamorarse una y otra vez hasta que encuentren lo que los haga más felices. Y no mienten ni se mienten, no incumplen las leyes, no se escapan, no se inventan una realidad a su medida, ni menos un relato irreal, no se creen los mejores ni los peores, no andan dando lástima ni pidiendo limosna, sino un trabajo digno. Y algunos, quizá, hasta se preguntan porqué el mundo están tan mal repartido que hay un país tan extenso y rico como la Argentina en donde se fabrican nuevos pobres pese a las enormes riquezas naturales con las que cuentan y que sólo esperan que las pongan a producir. 
Porque en el mundo civilizado, amigos y no tan amigos, en el mundo del siglo XX y en el 2000 también, los que están fuera de la ley van presos. Así de sencillo. Las instituciones funcionan. Las democracias funcionan. La Justicia funciona. Y la gente quiere progresar, no regresar, piensa en el futuro, no en el pasado. Y no le echan la culpa a los demás de sus propios problemas. Ni se justifican, si total el mundo es, según Discépolo y hasta CFK, un gran Cambalache.
Basta, creo que se entendió.

Hace un rato volví a hablar con Paltrow, de muy buen humor y jugando con las palabras para seducirme alegremente por teléfono, por skype, por webbcam o personalmente, los mercados de EEUU ya habían cerrado en una excelente jornada, pese a que el nostálgico señor Putin y algunos de sus conciudadanos y vecinos siguen sin enterarse que al muro de Berlín no lo tiró  ninguna bomba atómica, ni convencional, ni nada, sino el simple y rotundo fracaso del proyecto económico comunista de la URSS y sus países satélites, acumulado por décadas de populismo disfrazado de buenas intenciones. Seguramente ellos también, los rusos, tienen una canción melancólica llamada Cambalodka, para echarle la culpa de sus propias ineficacias a ese gran país del que todos hablan y pocos conocen llamado "Resto del Mundo".

Pero Paltrow hizo algo más: me dijo "ahora flaquito metete otra vez en Youtube, apreta Lois Armstrong, luego buscá "What a Wonderful World" y cuando lo encuentres, escuchá esa bella canción con mucha atención a la letra y también al título. Y buscá cuál es la clave. Te va a gustar. 

Yo hice lo que me dijo, y cuando lo estaba haciendo me ocurrió que la canción me sugería WWW, como la maravillosa red que nos hoy nos une a todos, para crecer, comunicarnos, achicar el planeta y unirnos un poco más. Una idea, más. Claro que me emocioné hasta las lágrimas con aquel bello y simple cantó al optimismo global del querido negro Armstrong, seguramente un antepasado de Barack Obama, quien en ese mismo momento inauguraba en Nueva York, allí nomás de donde trabaja Paltrow, nada menos que el museo para recordar, evocar, extrañar, a todos aquellos seres humanos que el 11 de septiembre de 2001 trabajaban en las Torres Gemelas que el terrorismo demolió con una creatividad malsana que no será olvidada por los amantes de la civilización. 

Eso es todo, amigos, les mando un abrazo y hasta la próxima carta desde el ciberespacio. 
Y tócala otra vez, Sam...

https://www.youtube.com/watch?v=E2VCwBzGdPM&feature=kp 
What a wonderful world


Eso es todo por hoy, les mando un abrazo y hasta la Victoria Secret. 

El Hombre Electrónico
Políticamente Incorrecto

A la hora señalada... ¿La Argentina es el Far West?




Carta desde el ciberespacio número 214, del 11 de junio de 2009 
(rescatada por su vigencia en abril de 2014)

La Argentina , entre el "far west" y Fuenteovejuna...


Hola gente, amigos y no tan amigos. “Es como si el porvenir quedara en el pasado, gorditoflaquito….”, me dijo Patricia Paltrow anoche, o a la madrugada, no lo sé, cuando me llamó por teléfono nada menos que a las 4:33 am para contarme un sueño que acababa de tener, o más bien una pesadilla que la sobresaltó. Les aclaro que no me gusta que el teléfono suene en casa a esa hora, me asusta, imagino siempre que será una mala noticia, obvio, pero a veces ella me llama a cualquier hora desde su apartamento de Park Avenue porque no puede dormir, o porque se le ocurrió algo y me lo quiere contar en el oído, o porque me quiere seducir suavemente con su sonrisa, o porque tuvo el presentimiento que el Don Jones subirá o caerá al otro día y me lo quiera contar, o porque quiere que le traiga un vaso de coca cola y suele pedirlo de una manera que uno no puede decirle que no (aunque estamos a miles de millas de distancia y jugamos a la coca cola virtual), o porque necesita un abrazo, o porque me quiere abrazar y morder la oreja, o porque sí. Y aunque me altera un poco, en el fondo me gusta que lo haga, claro. Es como si pese a la distancia que nos separa entre Niúiork Niúiork y Buenos Aires, en realidad estuviéramos durmiendo en la misma cama, al este del paraíso, claro, y como ella no puede dormir, me despierta con su vocecita diciendo “flaquitogordito”, mujer al fin, y me cuenta qué le ocurre. Por supuesto, una vez que lo hizo, se queda dormida plácidamente (sin roncar, las mujeres como Paltrow jamás hacen esas cosas tan poco femeninas). Y yo me quedo despierto, desvelado. Ya lo saben. iúnou, como dice ella en su inglés trabado.

Anoche ocurrió exactamente eso. Paltrow soñó que yo era Gary Cooper y que trabajaba en una película que se llama “A la hora señalada” (High noon, en su título original), un clásico del far west en donde están los malos y los buenos, aunque al menos allí las diferencias son más claras, no hay tantos grises como en la realidad y los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. “Gordito, ¿te acordás de la película? -me  preguntó, mientras yo trataba de despertarme y de entender qué le pasaba en el otro lado del teléfono-. Resulta que Gary Cooper, el sheriff de Hadleyville, se casa con Grace Kelly, y cuando se están yendo de noche de bodas al Sheraton de Pilar se enteran que el malo, malísimo, un asco, un insano mental que sólo piensa en vengarse de todos, y en el poder, y en ganar a cualquier precio, viene al pueblo con sus amigotes a buscar al sheriff Gary Cooper para hacerle Pum todas las veces que sea necesario”.  



Yo le aclaré que no soy Gary Cooper ni lo quiero ser, ni de lejos, pero ella no me escuchaba, seguía hablando febrilmente, ya se sabe, a veces las mujeres necesitan que las escuchemos, así que me acomodé mejor en la cama y escuché la historia de aquella película (versión Paltrow) que había visto hacía años, cuando era chico y soñaba que era James Bond, o el Llanero Solitario, o Superman, mis héroes de la infancia (desmiento totalmente haber soñado con ser Isidoro Cañones, el arquetipo del chanta argentino)…
“El pueblito del oeste era igualito a la Argentina modelo 2009, flaquito –siguió hablando Paltrow-. El Juez, cuando se entera que viene el hombre malo, sale corriendo, se ve que en lo que menos piensa es en la justicia. El ayudante del comisario (el mismísimo Lloyd Bridges cuando era adolescente) se ofrece a ayudar al sheriff, pero a condición que lo recomiende para un ascenso (‘digame agente, ¿no lo podríamos arreglar de alguna manera?’, parece decirle, como si fuera un argentino que acaba de cruzar la luz roja). Y las llamadas fuerzas vivas del pueblo Hadleyville (los empresarios de la UIA, los pymes y las pymas, los trabajadores, los desocupados, los jefes y jefas de hogar, los sindicalistas, el dueño del salón, el enterrador y a la vez barbero, el mejor amigo del hombre, los predicadores y predicadoras, el dueño del hotel del pueblo, los caballos y las caballas, los Tinellis y los payasos que se reían de los demás y se llenaban de rating aprovechando los bajos instintos de la gente, los perros y las perras, la millonaria del lugar, el fabricante de autos italianos, los pobres del conurbano que suelen cantar la vida por un choripán,  todos, toditos, empiezan a dejarlo solito a Gary Cooper, pobre Gary Cooper, flaquito, para peor tenía en mi sueño anteojitos y el pelo corto y era como vos, igual de cabezadura, hasta suspendió hasta nuevo aviso la luna de miel con Grace Kelly para enfrentarse solo, solito, con los malos de la película, eso es un hombre, joder con el tal Garicuper, deme dos”….




Paltrow seguía hablándome en la oreja, eran las 5:10 am y seguía allí, al otro lado del mundo, mientras me contaba lo parecida que le había parecido la película del viejo oeste (que había alquilado seguramente en el Blockbuster de la Fifth Ave. para verla antes de irse a dormir) a la situación actual de la Argentina…. “El pueblito aquel era igualito, beibi, la gente miraba para otro lado, nadie creía en nada, todos estaban tristes y asustados y atemorizados por la banda de tipitos que querían terminar con el sheriff para imponer un gran casino en Puerto Madero, una especie de capitalismo de Estado con amigotes para repartirse los bienes y los malos, para redistribuir la pobreza mientras se llenaban la boca hablando de lo buenos que eran y de redistribuir la riqueza entre los pobre, aclarando una y otra vez que sólo querían lo mejor para sus gobernados y gobernadas, votantes y votantas, todos y todas…”. 


Los personajes son ficticios y cualquier 
parecido con la realidad es pura coincidencia…

Era tarde, o temprano. Pensé que si me había llamado a las cuatro y media de la mañana para contarme una pesadilla era porque realmente estaba muy angustiada, pese a que esa mujercita tamaño small no tiene un pelo castaño, o rubio, junous, ni de tonta ni de miedosa, ya que  además de su Ph. D en Economía en Chicago tiene un doctorado en la Universidad del Sentido Común (USC). Miré el reloj y ví que eran más de las cinco am y ella seguía contándome su historia: “gordito -me dijo, casi como si estuviera abrazada a mí con alguno de sus camisones Victoria Secret-, el tren con el jefe de los hombres malos llegaba el 28 de junio a las doce, que era la famosa hora señalada, y a medida que pasaban los minutos todos iban dejándolo solo al pobrecito de Gary Cooper, que se había quedado en el pueblito aquel del Far West simplemente para cumplir con su deber, que era cuidar la ley y el orden, eso que los argentinos, ni los dirigentes ni los dirigidos, respetan. Y se la iba a bancar solito, él contra los malos y bigotudos, que iban por allí diciéndole a la gente que la inflación en el año sería menor al 5%, que la pobreza estaba bajando, que el desempleo no estaba subiendo, y que la economía incluso seguía creciendo, y que ellos no hablaban sino que hacían, y que estaba “tudo bem, tudo legal, pese a que lo único que percibía la gente era estancamiento con inflación, que no es otra cosa que la temida estanflación”.
Finalmente, la historia terminaba bien, o mal, y aunque no les voy a contar el final porque mi abuelita me enseñó que esas cosas no se hacen, lo que si me quedó claro es que aquella pequeña sociedad del Far West se parecía demasiado a la Argentina modelo 2009, con un oficialismo que miente y que se muestra capaz de hacer cualquier cosa con tal de permanecer en el poder porque se cree el único dueño de la verdad verdadera (y cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa). Todo eso mientras la oposición aparece dividida, mientras los unos y los otros se acusan mutuamente confundiendo a los adversarios con los verdaderos enemigos…Jugando a la miseria humana en vez de tener sencillos actos de desprendimiento y grandeza.


Eran casi las seis de la mañana. Paltrow terminó de contarme la película, menos angustiada. Obviamente me mandó unos besos de los de ella y se quedó dormida justo en el momento en que hizo click y colgó el teléfono. Obviamente, como siempre ocurre, yo ya no pude dormirme más, así que encendí radio El Mundo y me puse a escuchar las noticias, que me sonaron peores que aquella clásica y moderna película del oeste. Allí terminé de entender la frase de Patricia, cuando me dijo que “es como si el porvenir quedara en el pasado”...


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Y de repente estamos en abril de 2014. A casi 5 años de haber publicado esta carta desde el ciberespacio. Todos discuten sobre los "linchamientos" de algunos argentinos desesperados, aquí y allá, que miran al Estado para que los cuide y no, no sólo no los cuida sino que los agrede, los anestesia, los ningunea, los ignora, los castiga con relatos falsos y una economía que no funciona, una larga lista que no hace falta continuar, para qué si todos la sufren cotidianamente. 

Pero la Argentina actual sigue siendo el Far West, como en el año 2009, cuando escribí esta Carta desde el Ciberespacio 2014. O quizá peor, ahora estamos como en un pueblito español del año 1619 que se llamaba "Fuenteovejuna", según la obra de teatro de Lope de Vega que muchos leíamos en el colegio, en Literatura, cuando éramos chicos y la educación funcionaba, también. 

Hay algo peor: el comisario Gary Cooper no vendrá a salvar a nuestro pueblo, como en aquella película High Noon. Y sin un comisario valiente, respetuoso, digno y equilibrado como Gary Cooper, y sin un Estado que nos cuide y cumpla sus funciones básicas, imponiendo la ley a todos por igual, el viaje al pasado podría llegar no hasta el Far West, sino más lejos, hasta aquella España de 1619 cuando la gente, desesperada ante las injusticias del Señor Comendador, terminó rebelándose de manera violenta.

http://es.wikipedia.org/wiki/Fuenteovejuna


Hace 400 años, cuando le preguntaron a cada habitante de aquel pueblito imaginado por Lope de Vega quién mató al Comendador, todos respondieron unánimamente, "¡Fuenteovejuna, señor!...". 
Nadie desea que la historia vuelva a repetirse, pero cuidado, los argentinos solemos repetir la historia una y otra vez. ¡Cuidado con esa mala mala costumbre que tenemos de viajar al pasado... De nuevo, la inquietante frase de Patricia Paltrow: para los argentinos, "el porvenir queda en el pasado". 

Un abrazo, y hasta la Victoria Secret.

El Hombre Electrónico
(Políticamente incorrecto)




A la espera de un cisne negro ...

              


Un cisne negro es un evento inesperado, improbable y de consecuencias imprevisibles, 
que genera el contexto para modificar de manera 
positiva o negativa una tendencia ya definida. 
Se constituye en la oportunidad de mejorar o empeorar drásticamente una situación.


Carta desde el Ciberespacio 296, del 9 de febrero de 2014


¿El Papa Francisco, Gary Cooper, la oposición unida, la aparición inesperada de un estadista capaz de decir basta, un crecimiento de los  argentinos?... 
¿O repetir la historia una y otra vez? 

A la espera de un cisne negro...

Hola, amigos y no tan amigos. 

Tenía planeada una cita con Patricia Paltrow en Ilhabella, nuestro lugar en el mundo, pero aquí estoy, anclado en Buenos Aires yo, anclada en Niúiork ella, ambos por diferentes motivos. Lástima. Paltrow había hecho una visita de las suyas por el Victoria Secret de la Quinta Avenida, para lucir en nuestra Pousada de Ilhabela, o también en la playa, total, la lencería femenina hoy es más discreta (porque el truco es sugerir y esconder...) que la misma ropa de playa, adonde las mujeres usan unos trapitos mínimos como las historias rápidas del posmodernismo. Y esta tendencia posmo ha matado el misterio de la seducción entre los hombres y las mujeres... Son los tiempos de la cultura fastfood, ya saben, comida rápida, sexo rápido, vivir rápido y llegar más rápido al cementerio.


La espalda de Paltrow, quien sigue descalza

Eniuai. 
El tema de hoy es breve y alentador, dentro de tanta incertidumbre instalada. Hace varias semanas el periodista Willy Kohan me preguntó por mail, amable como siempre, "¿quién es el Gary Cooper del momento? Masita, Cobitos o Mauricio?" Se refería a una anterior Carta desde el Ciberespacio que trataba sobre Gary Cooper en A la hora señalada, y terminaba su mail con un cálido deseo de felicidad para el 2014, que acababa de iniciarse, aunque ya parezca que pasó un siglo desde los primeros días de enero. 


El ecuménico Papa Francisco, el hombre que podría atreverse a reconciliar a los argentinos, una sociedad enojada, dividida, peligrosamente separada por una grieta profunda, donde todos se creen los dueños de la verdad

Yo le respondí, con una intuición que me salió del alma: que el próximo cisne negro para la Argentina se llamaría Francisco, refiriéndome al Papa, ya que tengo hace tiempo la sensación que este generoso y querido argentino se involucrará, de una u otra forma, en la crítica situación de nuestro país, que no le es indiferente tanto por motivos personales y emocionales como por razones geopolíticas. Dicho simplemente, hace tiempo pienso que si va a haber un cisne negro, un "Gary Cooper" que se atreva a jugarse para intentar salvar a este pueblo del Far West en que se se ha convertido la Argentina (como en "A la hora señalada"), ese será el Papa Francisco...
Y está ocurriendo, como lo mostró hoy la tapa de La Nación, en una excelente nota de mi buen amigo Mariano Obarrio...


http://www.lanacion.com.ar/1662654-preocupado-por-la-tension-en-el-pais-el-papa-llamo-a-un-dialogo-en-el-vaticano

Gary Cooper solo y abandonado en el 
Far West, en "A la Hora señalada"

Amigos, los argentinos tenemos, ante todo, bastante experiencia en cisnes negros. Y no hablo de "la mano de Dios" que lo ayudó a Maradona a hacer su famoso pero dudoso gol tan aplaudido. Hablo de cosas más profundas. 
En 1978 la Argentina estuvo a punto de ir a una guerra con Chile, nuestro país vecino. Sólo una visita de último momento del enviado del Papa Juan Pablo II, Cardenal Antonio Samoré, a fines de ese año, evitó una guerra entre dos países hermanos de consecuencias impensables. En 1980 el Vaticano presentó una primera propuesta, que no fue bien recibida por la Argentina. 

La guerra inminente con Chile fue evitada en esos días gracias a la intervención del Vaticano, aunque la paz definitiva fuera ratificada recién después que retornó la democracia, varios años después.  

Hubo un segundo Cisne Negro para la Argentina: en 1982 vino al país Juan Pablo II, unos pocos días antes del final de la guerra de Malvinas. Todo indica que así como en la situación anterior el Papa medió para apaciguar los ánimos con Chile, en este caso ocurrió algo parecido ante el conflicto con Gran Bretaña. Como se ve, algunos angelitos suelen cuidar de los argentinos cuando acostumbran echarle la culpa de sus problemas al equipo llamado "resto del mundo", generando hipótesis de conflicto de alto riesgo, aquí y allá. 








¿Cuál puede ser el próximo Cisne Negro que ayude a la Argentina? Quizá ya está ocurriendo, se llama Francisco, es argentino y es el nuevo Papa, quien seguramente hará lo que pueda para cuidarnos a los argentinos de nuestro peor enemigo, nosotros mismos... 
¿Estaremos esta vez a la altura de las circunstancias? Junous, como diría Paltrow.
Si esto es así, hay una excelente noticia que tiene una opción de avanzar entre tanta desmesura: quizá el futuro no traiga a la Argentina a ningún líder mesiánico, ni a un nuevo político populista, de izquierda o de derecha, ni a ningún político que no respete las instituciones y a la República. ¿Por qué no pensar que esta vez los argentinos podemos finalmente aprender de nuestros errores, de nuestros pecados de soberbia, de creernos que "el mundo ha vivido equivocado", como lo sugirió alguna vez el recordado Fontanarrosa en su libro, de vivir creyéndonos que la verdad es nuestra y que el resto del mundo está conspirando para quedarse con nuestras riquezas?
Hay, por lo demás, un acuerdo unánime entre los economistas, sean heterodoxos u ortodoxos. La actual crisis, a diferencia de las anteriores, es absolutamente innecesaria. Proviene más de una serie de decisiones de política económica equivocadas tomados en estos años, que pudieron sostenerse gracias a un contexto internacional que, hasta ahora al menos, fue muy positivo gracias a la combinación de hiperliquidez internacional y un precio elevado de los commodities, lo que sin duda amortiguó las distorsiones que se fueron acumulando en estos años en nuestra economía doméstica, evitando así una crisis más rápida y contundente. 
Todo indica que en la medida que la Argentina supere el habitual ombliquismo, que nos hace sentir los mejores del mundo y resistirnos a hacer siempre lo que hacen 9 de cada 10 países del mundo (a los que le va mejor), hay recursos y gente con conocimientos y la capacidad para utilizar rápida y seriamente instrumentos técnicos no tan complejos y que están disponibles, como una drástica reducción del gasto público (que ha crecido fuera de toda lógica) y una simétrica reducción de los mecanismos de expansión monetaria utilizados para financiar el populismo y el clientelismo político que están a la vista, se mire por donde se mire. Si esto se hiciera, la crisis en marcha podría atenuarse y el ajuste propuesto -si se realiza con convicción y seriedad- hasta podría ser menos recesivo que los actuales intentos desprolijos del populismo, que se ha dedicado a devaluar el peso al mismo tiempo que intenta contener los precios atacando a las consecuencias, pero no a las causas de la inflación. Una estrategia que no puede bajar la inflación, sino a seguir empujándola hacia arriba. 
Dicho de manera sencilla, lo que la Argentina necesita es una verdadera, seria y contundente política antiinflacionaria. Ese sería el mejor ancla para frenar la inflación, el dólar y la puja distributiva, que amenazan con desmadrarse. 

La pregunta final: ¿aprovecharemos esta oportunidad que nos propone un mundo que no quiere que la Argentina ingrese en una nueva crisis económica, política y social del estilo de las sufridas durante décadas? ¿Aprenderemos de nuestros recurrentes errores del pasado y encontraremos la inteligencia y el sentido común para evitar desperdiciar, otra vez, las enormes oportunidades que tiene la Argentina para salir adelante, en vez de volver al pasado? 
¿O intentaremos seguir de fiesta, negando la realidad, como lo hemos hecho cada tanto, de manera adolescente?

Un nuevo cisne negro está cerca, una nueva oportunidad se ofrece.
¿Sabremos reconocerla y aprovecharla, o perderemos otra oportunidad?
De nosotros depende hacer de esto un hecho positivo o negativo. 



Ya ven, sólo hay que cumplir 
con los diez mandamientos... 


Para terminar, una canción de todos los tiempos....



Eso es todo por hoy. Les mando un abrazo y hasta la Victoria Secret. 

El Hombre Electrónico
Políticamente incorrecto