Carta desde el ciberespacio 189, del 18 de septiembre de 2008

Los ahorristas, los bancos, la Fed, los países: crisis financiera global
Efecto Mariposa
Hola gente, amigos y no tan amigos. “Gordito, el mundo está mejor, más allá de lo que parezca a veces”. La frase me la dijo Patricia Paltrow en Ilhabela hace pocos meses, en un escenario más pacífico y bello que el de estos días de furia financiera. Claro, estábamos en una playa junto al mar, pleno atardecer, recostados en una reposera (los dos, claro, un poco incómodos), ella comía camaraos y yo pollo frito parecido al de KFC, el mítico pollo frito de los Usas. Y claro, yo tomaba una guaraná y ella una caipirinha, sería eso, o no, quizá no, porque ella sigue siendo optimista sin necesidad de una caipirinha, pese a que en este momento está con el casco puesto en su buró de Wall Street, un poco inquieta porque el viejo mundo de los pequeños y medianos bancos de inversión, la old fashion private banking, ya no existirá más en los Estados Unidos que surgirán después de la actual crisis financiera, seguramente fortalecidos luego de otro típico ciclo económico de destrucción creadora, como solía llamar a estas crisis el simpático y brillante profesor Joseph Schumpetter, que de estas cosas entendía bastante más que Paltrow y yo juntos. Tiene el casco puesto y recién, cuando hablamos por skype, se la escuchaba nostálgica pero no mucho, ácida como siempre, riendo como siempre, alegre hasta el último día. “Flaquito, al menos gracias a esta crisis desaparecerán de una vez, junto con la praeivit banc (en su inglés trabado, mezclado con el francés y el español), los famosos yuppies, y aparecerán unos aburridos empleados llamados pomposamente ‘oficiales de cuentas’ en inmensos e impersonales boxes de inmensos e impersonales bancos comerciales, que te atenderán a las apuradas, sin siquiera recordar no ya tu nombre, ni siquiera tu apellido, y menos aún te mirarán a los ojos con algo que se parezca a la humanidad, workoholicos al fin, ¿me entendés baibi?)”. Y me cortó, claro, tenía que seguir con su batalla, ahora que seguramente ella misma pasará de ser casi una banquera fashion (Vice-president al fin) a ser una bancaria de lujo, con todos sus cargos y atributos, pero en una organización en donde arriba del jefe hay otro jefe, y arriba del otro jefe hay otro jefe más, y así hasta el fin. La famosa destrucción creadora, ya lo saben. Claro que la entendí. Recordé a aquella famosa novela de Tom Wolfe llamada “la hoguera de las navidades”, en donde el tipo había descripto de manera impecable a esos ya míticos yuppies que creían ser los amos del universo (así los bautizó el mismo Wolfe), quienes por aquellos años andaban en sus feroces Porches o Beemes, o si eran VP y todo, en sus Mercedes Benz, aunque en los últimos años comenzaron a usar un poco más la discreción, el perfil bajo y el anonimato, y pasaron a correr por la vida en sus Audi chicos o grandes, según el cargo, claro. Palltrow misma, a su manera, debe ser uno de aquellos últimos ejemplares de los yuppies, con esa sonrisa y esa mirada de Amo del Universo con que anda por la vida, aunque en su caso, además, con viejos principios que hoy ya están en desuso. Capítulo Unico, la mariposa que aleteó en Wall Street y bajó el precio de la soja en Chicago, ni que decir de Biei Pensando en todo esto, y mirando cada tanto la página de Yahoo Finance para comprobar el estado mucho más tranquilo, casi eufórico de los mercados del mundo, uníos, pensé en Cricri, o sea, en la Presidenta Cristina de Kirchner, y en su comentario arrogante del otro día en donde casi dio por enterrado al capitalismo (jeje, como se dice al final de los mensajes de texto) y se vanaglorió de que nuestro país, “afortunadamente”, se encuentra fuera del sistema, del mundo, y yo casi agregaría que también del planeta Tierra, menos mal, qué tranquilidad, señora mamá. Pensando en eso también leí la rápida aceptación del Club de París de la oferta de Cricri para pagarles la deuda, en cash, total la factura nos llegará a nosotros, los argentinos, de una u otra forma. ¿Qué hará ahora Cricri que se comprometió a pagar y el mundo se complicó fuerte, qué le aconsejarán su jefe de Asesores (Néstor), su ministro de Economía (Néstor), su secretario de Finanzas (Néstor), su Presidente del BCRA (Néstor) y su Canciller (Néstor)? ¿Pagarán o no? Junous. La soja, en tanto, sigue acercándose a los 400 dólares en Chicago. “Entre 300 y 350 somos boleta”, no recuerdo quien lo dijo. Lo concreto es que la actual crisis de los mercados financieros –y su resolución- está demostrando cómo un país con instituciones políticas, financieras, judiciales y legislativas que funcionan, aprende de su pasado y de sus errores (en vez de negarlos, como aquí mismito) y enfrenta, afronta y seguramente resolverá los problemas que se le presentan. Sin duda hubo uno o dos gravísimos errores iniciales a principios de los años 2000. Por una parte, básicamente los bancos de inversión –aunque no sólo ellos, ni solamente en los Estados Unidos, hay que aclararlo- se apalancaron con los capitales que recaudaban con instrumentos financieros como bonos y fondos de inversión y se abusaron prestando a deudores que no eran del todo solventes, aunque en ese momento lo parecían gracias a la burbuja inmobiliaria (vayan a Miami, sino), que de paso fue alimentada por Alan Greenspan con una reducción exagerada de las tasas de interés (como dice mi hermano Marcelo, los excesos siempre son malos). Eran los tiempos posteriores a la maravillosa era Clinton y todos creíamos en la nueva economía existía y que el capitalismo había descubierto la cadena de la felicidad permanente. Pero eso es el pasado. Ya saben, las burbujas tienen el curioso destino de explotar, y la explosión de esta desató a una mariposa que aleteó en Wall Street y generó un huracán aquí y allá, en Europa y en Asia, en Rusia y en los países emergentes, los sólidos o “los tres chiflados”, aunque claro, estamos en la estación del año de los huracanes y los ciclones, era previsible… Pero lo importante no es describir lo que ya pasó, sino lo que está ocurriendo ahora, hoy mismo, en el mundo, para enfrentar el efecto mariposa que vuelve a demostrar lo interdependiente e interrelacionada e interconectadas que están todas las economías del planeta, algo que debería comprender un poco mejor la familia Kirchner, antes de vanagloriarse orgullosamente que la Argentina “zafó” (zafariola, como decíamos de chicos), porque está aislada y blindada ya que hemos elegido “inteligentemente” vivir con lo nuestro, y con lo vuestro, ya que estamos. Hay que decir que los muchachos de la Fed (y especialmente Ben Bernanke, que casualmente se pasó la vida estudiando la crisis del ’29, con lo que se convierte hoy en el hombre correcto en el lugar adecuado) se la jugaron. Hay que decir que el secretario del Tesoro, Paulson, el “ministro de Economía” de Dobleiú Bush se la jugó también, aunque sea políticamente incorrecto hoy por hoy mencionar este tema. Fueron pragmáticos. Fueron heterodoxos. Intervinieron todo lo necesario. Y comenzaron a hacer dos cosas: a enfrentar los problemas de insolvencia e iliquidez desatados por la explosión de la burbuja inmobiliaria y, de paso, a diferenciar a las instituciones financieras con problemas de insolvencia de aquellas afectadas, de rebote, con el feroz oleada de pánico que se extendió al mundo y cuya prueba más inquietante se produjo ayer nomás. No es casual que los Estados Unidos, curiosamente, sean el país desarrollado menos afectado en términos de crecimiento del PIB, con esta crisis, mientras Europa miraba para otro lado y se negaba a trabajar cooperativamente con los Estados Unidos. Los números del estudio Broda revelan que el mundo está desacelerando su crecimiento, aunque los Estados Unidos igualmente podrían terminar creciendo este año 1,8% (pese a que los comunicadores hablan alegremente de la recesión norteamericana y hasta hacen comparaciones irresponsables con la crisis de 1929, alimentando el pánico desatado por la simpática mariposita. Unos datos más de de muestra: frente a la por ahora desacelerada economía norteamericana en 2008, Europa crecerá este año menos que los Estados Unidos, sólo 1,2%, con algunos de los países miembros en recesión, y Japón apenas crecerá este año 0,7%. La mariposa, como se ve, se dio una vueltita por todo el mundo (menos por la Argentina, que según Cricri, está blindada, jeje). Vale agregar, para quienes pronostican el Apocalípsis a la vuelta de la esquina, que durante la crisis del ’29 el PIB acumuló una caída cercana a 20%, más incluso que la depresión económica argentina de 2002, con la “genialidad” de la devaluación con pesificación asimétrica que terminó en el “corralón”, que no tuvo demasiado que ver con el corralito armado por Domingo Cavallo en el año 2001 para enfrentar, sin prestamista de última instancia, una corrida bancaria con casos de insolvencia y casos de iliquidez como la que hoy enfrentan los Estados Unidos.
Fuente: Ciclo Estudio Broda, septiembre de 2008
Y hablando de prestamistas de última instancia, debe decirse que la estrategia de la Fed, y el soporte del Tesoro (que hoy anunció algo así como fideocomiso gigante para darle sustento al sistema financiero, que de paso hizo volar a los mercados), está apuntando a varios frentes. · El primero, la estrategia del “show me the money”, poniendo arriba de la mesa a los depositantes (en las ventanillas, en los cajeros automáticos, adonde sea) toda la liquidez (dólares) que sea necesaria para enfrentar el pánico que ha llevado a una corrida bancaria que no discrimina entre entidades sanas o enfermas. Claro que tienen una “pequeña” ventaja que no tienen otros países: son los dueños de la máquina de hacer dólares y la usarán todo lo necesaria, y cuando retorne la calma los absorberán nuevamente. · El segundo, diferenciar en primera instancia a los accionistas de los bancos de los ahorristas, o depositantes e inversores. La Fed está dispuesta a salvar en primera instancia, como le corresponde, a estos últimos hasta ciertos límites, algo que no ocurrió durante la crisis de 1929, y que hizo en aquel entonces que la corrida sobre el mercado de capitales contagiara al sistema financiero, llevándose puestas a centenas de instituciones de todo tamaño, muchas de ellas seguramente sólidas, aunque ilíquidas momentáneamente por la corrida de aquellos años. Pero hay que considerar que como en los Estados Unidos el mercado de capitales esta popularizado y es enorme, y mucha gente ahorra comprando acciones, de bancos por ejemplo, hay que pensar en los accionistas para proteger a los ahorristas. · El tercero, apoyar pragmáticamente y de manera heterodoxa a las instituciones financieras de magnitud que están imbricadas fuertemente con la actividad económica, ya que sino esto sí podría profundizar la desaceleración económica y llevar a una profunda recesión. Por eso el rescate millonario con una especie de estatización para Fannie Mae y Freddie Mac (las grandes prestamistas hipotecarias), lo que no significa que los Estados Unidos reniegan del capitalismo y se volverán estatizadores compulsivos, como el actual gobierno argentino. Por eso también el salvataje a AIG, la principal empresa aseguradora de los EE.UU.. Bernanke sabe que defender a los ahorristas en su país es pensar en los depositantes y en los accionistas pequeños. · El cuarto, diferenciar entre banca comercial y banca de inversiones (o private banking), garantizando el “show me the money” para la primera hasta los límites que fijan las regulaciones existentes, tratando de ayudar o dar soporte, cuando esto es posible, a los bancos de “primer piso” que trabajan con el segmento de la sociedad de recursos medios y altos. Estos bancos, por lo demás, tienen contratados sus propios seguros para cuidar los depósitos de los ahorristas (por eso usualmente no están afiliados a la Fdic), y queda claro que los instrumentos financieros de sus clientes (bonos, fondos de inversión y otros productos) siguen siendo propiedad de sus clientes, y el banco sólo es el custodio de estos instrumentos. · Promover que los tradicionales bancos de inversión (como Merril Lynch, por ejemplo) sean absorbidos por la gran banca comercial en caso de ser viables estas instituciones, o de una magnitud tal que podría poner en riesgo la delicada situación y las expectativas de la gente. Así se vio que el fin de semana pasada el gobierno (y la Fed, que no es el gobierno y es una entidad independiente y autónoma) sentó en una mesa de negociación a Bank of América y a Merril Lynch, cerró la puerta y tiró la llave hasta que ambas entidades se pusieran de acuerdo sobre precio y condiciones y el lunes a la mañana pudieran dar la noticia de la “fusión” entre ambas famosas entidades. ¿Porqué Lehman Brothers quedó afuera y no fue salvada? Es un tema que se debatirá por años, y habrá gente que dirá que deberían haberla salvado y gente que dirá todo lo contrario. ¿Será el famoso moral hazzard? Epílogo, un adiós demorado a los yuppies Amigos y no tan amigos, hoy los mercados en los Estados Unidos cerraron al borde mismo de la euforia con el conocimiento de una nueva Agencia seguramente estatal propuesta por el secretario del Tesoro, que administraría fondos para los salvatajes bancarios y gestionaría los casos de pasivos incobrables para enfrentar los casos de insolvencia, lo que se suma a la tendencia de instrumentar regulaciones prudenciales menos laxas que las que había hasta el año pasado. No hay muchas novedades sobre esto aún, así que mejor no avanzar sobre temas en que aún no hay información cierta. Las acciones de los bancos volaron, en todo caso. Habrá algunos pesimistas que dirán que esto fue sólo un rebote luego de la “carnicería” del lunes y otros que dormirán más tranquilos porque confían que los que manejan la nave saben lo que están haciendo. Ya lo saben, el mundo se divide en optimistas y pesimistas, y los mercados también. Lo que es seguro es que la Fed seguirá adelante con su política de “show me the money”, todo lo que sea necesario, y salvando las instituciones con pruebas de solvencia y de tamaño suficiente como para “merecer” para ser socorridas ante el pánico colectivo incapaz de discriminar entre solvencia e iliquidez. Y seguirá trabajando con el secretario del Tesoro de turno, sea demócrata o republicano. Claro: allí las instituciones funcionan y respetan sus jurisdicciones. Esto es, Bernanke está cuidando tanto a los depositantes como a los pequeños accionistas de los bancos, para evitar una remake de la crisis del ’29. El mundo financiero que surgirá de esta crisis será diferente. Los bancos de inversión quizá sean luego de todo esto un recuerdo nostálgico de los yuppies, de tiempos de atención personalizada y a veces muy profesionalizada (no siempre, como lo demuestra esta misma crisis) a los clientes vip, quienes encontrarán otras formas de asesorarse con consultores privados que no serán los mismos que gestionen sus operaciones. Mientras, los bancos comerciales se harán cargo de asesorar a sus clientes mayoritarios (segmentados en comunes, gold y platino, por ejemplo) y en concretar las operaciones, con un avance hacia productos financieros menos volátiles y más populares (casi commodities, la palabra de moda) y, claro está, muy regulados para que la historia no vuelva a repetirse. Los yuppies, los muchachos y las chicas VP de los Beeme, los Porches, los Mercedes o los Audis, los llamados Amos del Universo según “La Hoguera de las Vanidades”, pasaran a trabajar organizando y gestionando todo este proceso en los grandes bancos comerciales (aunque quedarán sólo los mejores, o los más rápidos, o los más trepadores, o los más trabajadores, o los más brillantes, en una mágica selección al más puro estilo “darwiniano”, nos guste o no. Y eso será todo, más allá de los millones de accionistas que en estos meses perdieron una montaña de riqueza alimentando la burbuja de los commodites, la burbuja financiera, la burbuja inmobiliaria y otras burbujas. Y Paltrow, seguirá adelante con su alegría de siempre y su elegante y respetuosa manera de tratar a sus clientes, con sus conocimientos aprendidos en las universidades de Chicago y su Ph.D. en la universidad de la vida. Será, seguramente, una de las últimas yuppies, sino la última. Seguramente tendrá menos tiempo, tendrá más horarios, terminará siendo la Ceo del banco o se retirará y tendremos más tiempos para ser felices e infelices, así es la vida. Y todo por una mariposa que aleteó en Wall Street.
Hasta la Victoria Secret, como diría el gatito de Nik (ya saben que yo son un poco frívolo, menos mal, sino la vida sería muy aburrida y angustiante)… Un abrazo, ajusten sus cinturones de seguridad, y los otros también. El Hombre Electrónico (políticamente incorrecto)

Carta desde el ciberespacio 188, del 11 de septiembre de 2008

El problema económico, financiero, social y político número uno del gobierno
Negar la inflación, negar la realidad
Hola gente, amigos y no tan amigos. Patricia Paltrow sigue en las olimpíadas de la calle de La Pared, remando sin cesar ante este nuevo big bang de los mercados mundiales y, como no deja decirlo ella, ante esta batalla contra las expectativas negativas que se han instalado en el planeta, que en los hechos parece anclado a lo que ocurre en aquella gran manzana de Wall Street en donde funcionan los mercados de bonos, acciones y todas esas cosas que se compran y se venden allí. Ella no deja de observar que la economía norteamericana goza de buena salud pese a la fuerte desaceleración de las principales variables económicas, y que los principales fundamentos macroeconómicos están más sanitos de lo que parecen. “Flaquito –me dice con su vocecita suave y femenina que me habla en tres idiomas todos mezclados-, en este mundo dar malas noticias vende, el pesimismo se ha vuelto el mejor negocio, y eso es lo que me preocupa, ¿por qué la gente quiere creer que hay un tsunami financiero a la vuelta de la esquina que barrerá con el imperio americano?, ¿no te parece mucho flaquito? Con lo rica que es la coca cola, con lo lindo que es jugar a hacer películas de Hollywood en donde la muchachita y el muchachito se encuentran en un airport y se dan un beso y aparece el cartel de The End”… Yo la escucho y ya me da sed de coca cola y Hollywood, ya saben que soy bastante frívolo, que a la mañana me despierto y desayuno mirando en la cama el canal Fashion TV, para que la realidad me vaya atrapando de a poco, suavemente, no como esa gente que se despierta con el canal c5n y ya empiezan el día amargados con las noticias policiales-políticas, que últimamente vienen demasiado mezcladitas. Lo concreto es que el sistema no debe ser tan malo para entender la realidad: el lunes comenté en la radio, en el programa de Pablo Wende de radio América, que la semana entrante el dólar/euro iba a pasar la barrera de 1,40, hacia abajo, y que el barril de petróleo cruzaría, también para abajo, los 100 dólares. Y las dos cosas se anticiparon unos días, lo que es la mejor demostración que Paltrow tiene razón y que el odiado, envidiado y amado imperio americano no tiene los días contados, sino los siglos contados. Pero cuidado, para la Argentina las cosas no son tan rosas: la soja-dependencia, el famoso yuyito, hoy está en Chicago a unos 440 dólares la tonelada, contra el máximo de 609,22 dólares del 3 de julio pasado. ¿Se acuerdan cuando discutíamos por las retenciones móviles? Ya lo saben, ajústense el cinturón de seguridad, y el otro también. Todas estas cosas hablábamos anoche con ella, vía el ciberespacio, de cama a cama, ella en Park Avenue y yo en Barrancas de Belgrano, mientras jugábamos al scrabble (ella como siempre me ganaba, con su viejo sistema de elegir palabras cortas con letras de muchos puntos, y ubicándolas no sé como en los cuadraditos que triplican puntos palabra). Y mientras planificábamos encontrarnos en unas semanas en algún país tropical, seguramente en Ilhabela, para comer frango frito y camaraos con guaraná, para escaparle a la mala onda que se ha instalado tanto en los Usas como en la Argentina, aunque por razones absolutamente diferentes e incomparables pese a que todos hablan de crisis aquí y allá y a otras semejanzas. Ella se ríe y vuelve a su frase de siempre: “Baibi, pensá que nos quedan, en el mejor de los casos, unos 30 años de vida, no somos inmortales. ¿Para que gastar el tiempo en tratar de llegar alto, con lo lindo que es llegar lejos, o más bien cerca?” Y con esa frase me puede, me convence, siempre me convence, y lo mejor de todo es que me encanta que me convenza siempre de lo que me quiere convencer. Por lo demás, tanto ella como yo ya llegamos alto en la vida y una noche de luna mirando las luces de Niúyork, Niúyork, decidimos que ya era hora de llegar lejos, o cerca, como agregó ella. Capítulo único, miente, miente, que te lo terminarás creyendo Con mis amigos economistas discutimos hace meses y meses si la estrategia del gobierno de negar la realidad, de negar la inflación, de negar que las valijas son de nosotros y las penas son ajenas, representan una estrategia deliberada, un plan maestro, para no dar el brazo a torcer antes los síntomas inequívocos que muestran que los desequilibrios económicos, el deterioro social y el desgaste político siguen avanzando día a día. ¿Será eso?, o en cambio los pingüinitos realmente creen que la inflación es de “sólo” 8% anual, que el desempleo sigue bajando (con datos del tercer trimestre, que ni siquiera terminó, jeje), que la pobreza y la indigencia también siguen bajando gracias a la maravillosa política de redistribución del ingreso llevada a cabo (¿…?), pero lo que ocurre es que nadie les cree porque hay una conspiración planetaria contra ellos y nuestros hermanos venezolanos bolivarianos y nuestros hermanos bolivianos a secas, encabezada obviamente por los medios y el FBI-FMI, sé igual, como se dice por ahí. Ah, y por Jorge dobleiú, claro, siempre es bueno mencionarlo para echarle la culpa de todo, Lamento no tener una respuesta comprobable para demostrar mi opinión, pero cada día estoy más seguro que negar la inflación verdadera, negar la realidad, negar, siempre negar, es un comportamiento que utilizan las personas o grupos de personas que imaginan una realidad diferente a los hechos innegables que aparecen frente a los ojos de 9 de cada 10 personas, usen o no jabón Lux. Se trata de personas que prácticamente se inventan una realidad propia, que la sueñan, que la justifican desde una ideología consistente con esa fantasía, que le agregan un grupo de culpables y conspiradores que supuestamente los persiguen, que se convencen entre ellos que tienen razón, que son los dueños únicos de la famosa verdad verdadera, y que entonces cierran los ojos y aceleran a fondo para construir esa realidad soñada, por las buenas o por las malas. Y como todos ellos dicen lo mismo en su discurso (o relato, como está de moda decir ahora) consistente y bien cerradito, esto aparece como una estrategia fríamente calculado para enfrentar a los enemigos, que usualmente se parecen demasiado a los molinos de viento contra los que la emprendió el pobre de Don Quijote de la Mancha. Pero todo indica que no hay una estrategia deliberada de negar la realidad, toda la realidad, nada más que la realidad, lo que sería gravísimo, sino que estamos ante un fenómeno algo más complejo e inclusive más grave aún aún: ellos están viendo, imaginando, alucinando, una realidad inventada. Como diría Raúl Alfonsín, “un médico por allá”.
Fuente: Estudio Broda, ciclo económico de septiembre de 2008
· Lo concreto es que pocas personas conectadas con la realidad cotidiana tienen dudas que la inflación se ubica hoy apenas por debajo de 30% anual, como lo señalan los estudios más serios realizados con diversas metodologías y como lo percibe cada argentino cada vez que vuelve del supermercado, más allá que en los últimos meses haya habido alguna desaceleración de la velocidad de aumento de los precios explicable por el enfriamiento de la economía. Pero cuidado, porque si bien la inflación por exceso de demanda parece haber encontrado un alivio en un consumo interno que se está enfriando de manera inequívoca, ahora hay nuevos motores de la inflación que prometen ponerle un piso a esa leve desaceleración en el aumento de los precios. Se llama inflación de costos (salarios, servicios, impuestos, tarifas, precios controlados que empiezan a descontrolarse), se llama también puja distributiva (de precios y salarios). Y además se llama mecanismos indexatorios que, quiérase o no, se están montando sobre el sistema de precios. Pero el Gobierno sigue negando estos hechos y defendiendo los cuestionados números del Indek. · Muchas personas conectadas con la realidad cotidiana entienden fácilmente, también, que esta mayor inflación está afectando a los sectores de menores recursos, ya que al aumentar los precios de la canasta básica alimentaria en niveles superiores a 30% anual empujan a los sectores de ingresos fijos (muy vinculados con la economía informal o negra) a cruzar nuevamente la línea que define estar o no estar por debajo de las líneas de pobreza o de indigencia, definidas por las canastas de productos que pueden comprarse en ambos casos. Pero el Gobierno sigue negando estos hechos, defendiendo los cuestionados números del Indek (Su Compañía) e insistiendo en que la pobreza y la indigencia están en baja en la Argentina, pese a que la Sociedad de Estudios Laborales ha demostrado con mucha seriedad técnica que la mayor inflación está desplazando a los que estaban al borde mismo de la pobreza y saliendo adelante, y los lleva, otra vez polenta, a que vuelvan a ingresar en esta situación. Se trata de millones de personas. ¿Guillermo Moreno se hará responsable del enorme daño que está haciendo jugando al curandero? · La Sociedad de Estudios Laborales realizó también un estudio sobre la evolución de los precios de los productos que habitualmente consume la clase media argentina, demostrando que este sector de ingresos medios (y altos, porqué no decirlo) también está sufriendo en carne propia el flagelo inflacionario, ya que los bienes y servicios que componen su perfil de gastos (como los aranceles de las escuelas, las expensas, los seguros, los impuestos, las prepagas médicas y otros tantos consumos de estos sectores también están subiendo en niveles cercanos a 30% anual. · El resto de las estadísticas que elabora el antes independiente y ahora intervenido Indec han sido contagiadas por la manipulación de los índices de precios, y de esta manera todos los indicadores económicos (los de ventas en supermercados y shoppings, el estimador mensual de la actividad económica y tantos otros que dependen técnicamente del Indice del Costo de Vida) están siendo impactados por esta manipulación. · Todo esto no sólo afecta a la realidad económica y social, sino también a las variables financieras, ya que la feroz discrepancia entre los números de precios al consumidor del Indec (con que se elabora el CER) han reducido el costo de sostenimiento de la deuda pública emitida por este mismo gobierno y que se ajusta por la marcha de los precios minoristas. Si el índice oficial es tres veces menor que la realidad, el ajuste que le toca a estos bonos (cuya tenencia se encuentra en casi el 90% en manos de ahorristas argentinos, AFJP y otros sectores del país), así como los intereses que se calculan para pagar los cupones correspondientes, están prácticamente estafando a estos tenedores de bonos (que no son de los grandes grupos financieros internacionales, sino básicamente de ahorristas locales), al robarles parte de su valor real y de la renta correspondiente. Por esto el riesgo país argentino superó los 700 puntos básicos y nadie quiere prestarle a la Argentina, salvo el Comandante Yeneral Chávez. · Hay quienes dicen que la verdadera razón por la cual el gobierno niega que la inflación esté cerca de 30% tiene que ver justamente con este hecho: para ajustar en mucho menos que lo que corresponde la deuda pública futura y pagar menores amortizaciones e intereses ante cada vencimiento, pero un estudio realizado por la consultora de Federico Muñoz y Asociados revela que las cifras involucradas no son tan relevantes como para haber inventado esta enorme fantasía de una inflación mucho menor a la real para haber destruido el Indec y manipular las estadísticas oficiales, para que muestren una realidad rosada. Amigos y no tan amigos, estas negaciones de la realidad, obviamente, tienen también serias connotaciones políticas. Desde la probable pérdida de votos de vastos sectores de la sociedad que se sienten engañados (lo que se verifica en las encuestas de popularidad del gobierno y de la Presidenta) hasta el enorme problema político que está generando este mecanismo de negar, siempre negar, otros temas más delicados como el ya famoso “valija-gate” que está explotando en estos días, todo ello podría estar mostrando que el gobierno no está engañando planificadamente a los argentinos, sino algo peor, que se está engañando a sí mismo, y que quiere contagiar su visión a la sociedad y por eso luego trata de engañar (con éxito cada día menor) a los argentinos. De ser esto así, Houston tenemos muchos problemas. Hay que agregar que hay una cantidad de distorsiones crecientes que se están acumulando por la simple negación de una inflación cercana a 30%. Las tres más importantes: 1. La paridad cambiaria real se sigue atrasando y se encuentra ya en niveles reales muy parecidos al de la convertibilidad. El Gobierno nacional, pese a su paradigma de dólar alto para proteger a las industrias y promover las exportaciones, ha dejado caer el dólar hasta niveles inconsistentes con aquel objetivo, con el agravante que ahora el dólar se está fortaleciendo en el mundo y agregará presiones devaluatorias al peso, como ya lo está haciendo con el resto de las monedas de los otros países (vean cómo aumento se devaluó el Real en Brasil en las últimas semanas, hoy cerró a casi 1,82, contra 1,65 de semanas atrás). 2. El atraso de los salarios también se origina en la alta y subestimada inflación existente, combinada con un gobierno que niega que esto sea así, lo que está provocando tensiones salariales crecientes (y hasta comprensibles) en un escenario de puja distributiva que alimenta nuevas presiones inflacionarias. 3. Las tarifas de los servicios públicos (controladas por el gobierno hace años) están sumando atrasos nuevos a sus atrasos anteriores, con lo que un sinceramiento se hará más y más conflictivo y doloroso a medida que pase el tiempo y se siga negando que hay una inflación tres veces mayor a la que declara el Indek, y que defienden desde la Presidenta hasta sus funcionarios de más alto nivel. Epílogo, con dos problemas por delante Gente, amigos y no tan amigos. Negar la realidad es grave. Si además uno no quiere verla, los problemas son dos. El primero es asumir que se está ante un serio problema serio que no se registra porque “alguien” rompió (¿intencionalmente o por pura incapacidad técnica?) el termómetro para medir “la fiebre del paciente”. El segundo es igualmente complejo: una vez que se ha asumido el engaño, habrá que establecer una seria política antiinflacionaria para enfrentar este problema antes que sea tarde. ¿O ya es tarde? Como ya es tarde, para terminar les cuento sobre una cena de gala para recaudar fondos para sostener a la Fundación Favaloro, que se realizará el 22 de septiembre en el Hotel Alvear. Va a ser una cena deliciosa. Va a ser divertida e interesante (vean quienes serán los invitados que acompañarán a los asistentes en cada una de las mesas). Y lo más importante, va a ayudar a una institución que a su vez vive ayudando a gente con serios problemas de salud, algo que ni hace falta explicarles.
Un abrazo, ajusten sus cinturones de seguridad. El Hombre Electrónico (políticamente incorrecto)